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Santiago: Sábado 01 de febrero del 2025 | Actualizado 23:09
SANTIAGO.- El propósito de la comunidad educacional de la Congregación del Verbo Divino, según afirma su rector, es "…contribuir a la formación y logro de aprendizajes de todos los alumnos que son miembros de ésta, propendiendo a asegurar su pleno desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico…".
Ésta postura fue fundamental para la decisión que tomó la Corte de Apelaciones de Santiago al momento de ordenar al Liceo Alemán del Verbo Divino de Chicureo que reintegre a un alumno de 11 años que fue expulsado luego de una serie de supuestos incumplimientos conductuales.
El menor contaba con 42 anotaciones negativas, entre los que se registra el haber peleado con un compañero a golpes durante un partido de Chile y también el no haber delatado a otro alumno que ingresó al establecimiento un preservativo con el cual fueron sorprendidos jugando en el recreo.
Para el tribunal de alzada capitalino el deber del liceo es buscar todas las medidas necesarias para apoyar las dificultades de su aprendizaje sobre todo aquellas que tengan que ver con las que se presentan en la pubertad.
Los padres del menor acudieron a la justicia cuando el colegio les canceló la matrícula. Ellos expresaron que el joven llegó a Santiago cuando tenía 6 años, antes vivía en Calama. “Ingresó en 4° básico, pero a las primeras semanas tuvo dificultades de adaptación que llevaron a sus padres a buscar apoyo psiquiátrico y psicopedagógico de manera permanente”, señala el fallo al cual accedió Emol.
Pese a que se intentaron varios planes de trabajos la conducta conflictiva del menor no cambió, aunque su rendimiento escolar fue calificado como suficiente.
Sus padres alegaron que frente a esta decisión unilateral del Liceo Alemán del Verbo Divino de Chicureo se transgreden derechos consagrados por la Constitución como lo es “el derecho a la educación, la garantía del debido proceso”. Esto último porque pese a que el colegio cuenta con un reglamento que contempla sanción a la indisciplina, la medida fue aplicada sin un procedimiento previo.
Finalmente, los apoderados acusaron "la afectación del derecho que como padres tienen a elegir un establecimiento de enseñanza para sus hijos".
Compromiso
En los alegatos, el colegio expuso cada una de las faltas a la disciplina que tuvo el menor y que motivaron su expulsión. Junto a esto destacó "la ausencia de los padres como principales entes educadores".
Esto lo ejemplifican señalando que en acuerdo con el sicólogo externo del menor se implantó una estrategia de supervisión y apoyo, tras lo cual se firmó un documento de condicionalidad con metras precisas a seguir por el alumno y su familia. Sin embargo, tras esto el joven golpeó a un compañero lo que obligó al establecimiento a cancelar la matrícula del niño por incumplimiento del compromiso firmado.
Pese a lo alegado, la tercera sala del tribunal de alzada capitalino tomó en cuenta un informe de la profesora jefe redactado cuando el menor estaba en quinto básico y que señala que "el alumno tiene buena relación con la mayoría de sus compañeros, que es el deporte el vínculo que utiliza para relacionarse con los demás, que es cariñoso, protector de sus amigos y leal; que es capaz de solidarizar con aquellas personas que requieren ayuda y es comprometido con lo que se siente motivado".
El episodio en que varios alumnos jugaban con un condón en el recreo, dice el fallo, es "una prueba fehaciente de la lealtad del alumno para con el grupo que, al conminársele por el inspector del ciclo, se niega a dar información del responsable, cuyo apoderado admite posteriormente la falta de su pupilo".
Finalmente la Corte asegura que la expulsión "aparece irracional por lo desproporcionada, tanto a la realidad de la etapa evolutiva (pubertad) por la que atraviesa, como al contexto valórico que promueve el establecimiento educacional recurrido". Por tales motivos ordenaron al liceo restablecer la matrícula del menor y reintegrarlo para el próximo año escolar.
