SANTIAGO.- Cuando se apronta a cumplir 81 años de historia, hoy Gendarmería de Chile vivió en uno de sus momentos más importantes con la graduación de una alta dotación de custodios en la Escuela de Formación Penitenciaria de San Bernardo.
En una emotiva ceremonia, repleta en graderías por familiares de los nuevos gendarmes, y con la presencia del ministro de Justicia, Teodoro Ribera, y el director nacional de la institución, Luis Masferrer, 1081 aspirantes dejaron atrás los ocho meses de instrucción para vestir oficialmente el uniforme verde oscuro.
"Jamás en la historia penitenciaria había egresado un contingente de esta magnitud, lo que evidentemente trasciende en los resultados y la gestión de seguridad, tratamiento y reinserción en los establecimientos penitenciarios. A partir de este egreso, a nivel nacional, ningún Gendarme con más de cinco años de servicio realizará labores de centinelas, quedando relevado este trabajo, a todos aquellos funcionarios de las generaciones más jóvenes, cuestión inédita en la historia de Gendarmería", dijo Masferrer.
La alta graduación se enmarca en el proceso de modernización de Gendarmería, que se lleva a cabo desde la promulgación en 2010 de la ley 20426, que permitió aumentar la dotación de personal y potenciar la carrera funcionaria.
De esta forma, se recogió algunas de las demandas de los funcionarios de gendarmes, que han denunciado la crisis que vive la institución por el incremento sostenido de la población de reos y las malas condiciones laborales de algunas cárceles del país.
En la ceremonia, el ministro Ribera resaltó la amplia incorporación de nuevos jóvenes y llamó a Gendarmería de Chile a plantearse el desafío de convertirse en una mejor institución.
"Gendarmería tiene un futuro por delante mucho mejor, más prospero y de mayor brillo que el que nunca ha jugado en el pasado", señaló la autoridad, agregando que el Presidente Sebastián Piñera le pidió ratificar "el compromiso (del Gobierno) para impulsar una nueva política penitenciara".
Según Ribera, esta nueva etapa "va a conllevar también para Gendarmería una nueva gestión de los penales que tenemos en el país, que no sean sólo cárceles sino que sean más bien correccionales donde los presos ejercen algún compromiso para que puedan abandonar la cultura delictual".
Una de las graduadas, Paulina Miranda Barriga, señaló a Emol que decidió convertirse en gendarme porque "la estabilidad que genera la institución es considerable, tanto en el sistema de salud como de posibilidades de trabajo".
Los 1.081 nuevos funcionarios serán distribuidos para reforzarán los más de 100 penales que hay a lo largo del país. Se graduaron de gendarmes y su máxima aspiración dentro del escalafón de la institución es convertirse en suboficial mayor.
Protestas
En tanto, una veintena de miembros de Adiptgen, sindicato que reúne a los funcionarios no uniformados de Gendarmería, realizó esta mañana una ruidosa protesta esperando la llegada a su oficina del director nacional Luis Masferrer ubicadas en Rosas 1264, a quien le manifestaron su rechazo por el despido en diciembre de más de 50 trabajadores a contrata y a honorarios.
Los trabajadores, que realizaron una velatón durante la noche, indicaron que "Luis Masferrer Farías, ayer defensor de las garantías y derechos individuales, ha coronado una impresionante mutación e involución personal graficada en el desconocimiento de acuerdos que sostuviera con Adiptgen y la subsecretaria de Justicia en el sentido de que respetaría la institucionalidad y los mecanismos de las evaluaciones del desempeño; en este acuerdo se comprometió a que la permanencia laboral de los trabajadores se sostendría amparada en el sistema de calificaciones existente".
Asimismo afirmaron que "no obstante la palabra empeñada, 40 trabajadores a contrata y 15 trabajadores a honorarios han sido injusta y arbitrariamente despedidos, vulnerándose todos los mecanismos legales e institucionales".