Cuidado con discotheques y conciertos: Pueden producir daños irreparables a la audición

SANTIAGO.- Llegó el verano, y con él, las ganas de salir y de divertirse. Por eso, no es raro que muchos jóvenes aprovechen sus vacaciones para acudir con mayor frecuencia a discotheques y otros eventos.

El panorama suena alentador: salir con amigos o la pareja, bailar un rato, cantar, divertirse y botar todas las energías acumuladas en el trabajo o en la época de estudios es algo que muchos desean durante todo el año.

Sin embargo, la alta exposición a ruidos fuertes y constantes como sucede en las discotheques, conciertos masivos o espectáculos de fuegos artificiales, puede traer problemas serios a la salud.

"Hemos atendido casos de personas de 30 años que ya poseen pérdidas auditivas evitables. El daño es acumulativo y, si no tomamos precauciones, la exposición permanente puede provocar un daño en las células sensoriales del oído interno que puede conducir a una pérdida de la audición a temprana edad", explica el fonoaudiólogo Luis Ortega, responsable de Calidad y Formación de Centros Auditivos Gaes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere un nivel máximo de ruido de 90 decibeles (dBA) por cuatro horas en discotheques, y 100 dBA en misma cantidad de tiempo en el caso de conciertos y festivales.

Sin embargo, de acuerdo a lo informado por la revista de la Sociedad de Otorrinolaringología de Chile, en estos recintos el nivel de ruido supera con facilidad los 135 dBA. Cifra muy alta respecto a los 85 decibeles que los profesionales en nuestro país y la ley exigen en materia laboral.

Si a esto le sumamos que según la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Salud 2009-2010, las personas entre los 15-29 años (29,2%) y 25-44 años (24,6%) detallaron tener al menos un problema auditivo en sus oídos, el asunto se pone complicado.

Síntomas

Uno de los síntomas más notorios que sufren las personas luego de exponerse a altos niveles de ruido es el famoso "pitido" que retumba los oídos. Si a esto se le suma la falta de audición temporal y de discriminación del sonido, además de la sensación de oídos "abombados", estamos hablando de una fatiga auditiva, esto es, una disminución transitoria de la audición.

El doctor Carlos Stott, quien es jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, sostiene que ese daño auditivo se denomina trauma acústico y se recupera al poco tiempo.

"Si esto es una sola vez, el oído logra recuperarse, pero si esto se hace repetidas veces, evidentemente este trauma acústico repetido se transformaría en un trauma acústico crónico, y eso no es recuperable", agrega.

Asimismo, Stott sostiene que "muchas veces, las personas por el hecho de querer estar más cerca de su banda, se acercan al escenario, y mientras más se acerca al parlante, es mayor la intensidad del sonido. Y si está dos o tres horas al lado del parlante, a más de 120 decibeles, eso puede en un oído sensible generar un ruido permanente".

Consejos

Para evitar potenciales daños al oído, una buena alternativa es la utilización de protectores que permiten reducir la intensidad de los ruidos externos, sin aislarnos. "Existen formatos de protectores durables y desechables. Ambos deben estar adaptados y diseñados según cada conducto auditivo y minimizan los sonidos, sin taparlos por completo", señala Luis Ortega.

Por su parte, Stott también apoya este consejo, al que le agrega, en primer lugar, alejarse de los parlantes a la hora de asistir a un evento discotequero o un recital, mínimo unos 20 ó 30 metros, ya que "esa sola distancia amortigua porque hay un colchón de aire que impide que el ruido le llegue con tanta intensidad al oído". 

La idea no es quedarse aburrido en la casa, pero tampoco exponerse a actividades que podrían ser perjudiciales a futuro.