Foto que muestra el daño causado por el sismo en una casa de la localidad de San Juan de los Llanos, en el estado mexucano de Guerrero.
EFESANTIAGO.- Casi una casualidad. "En ese minuto estaba en el edificio del Centro de Gestión de Protección Civil en Ciudad de México, que es el equivalente a la Onemi, y repentinamente comenzaron a sonar unas sirenas en señal de alarma".
Eran las 10:02 horas de ayer martes en el país norteamericano y la reunión en la que participaba el coordinador de la reconstrucción post 27 de febrero en Chile, Pablo Ivelic, era interrumpida por un fuerte sismo de magnitud 7,4 en la escala de Richter.
"Inmediatamente nos pidieron que nos pusiéramos de pie y nos ubicáramos en un lugar seguro del edificio. Nos aclararon que no era un simulacro, sino una señal de emergencia. Tuvimos entre 20 y 30 segundos para trasladarnos a un punto del piso 13 que estaba señalado como seguro y fue ahí cuando empezó a sentirse el movimiento", relata a Emol.
Y aunque la onda sísimica en México -epicentro en el estado de Guerrero- fue más potente que aquella que asoló la zona de Cobquecura, en la Región del Biobío, sí recordó un episodio similar: la investidura del Presidente Sebastián Piñera.
"Fue bastante similar a la réplica que hubo el 11 de marzo de 2010, el día que asumió el nuevo Gobierno. El movimiento fue muy fuerte, pero para países preparados sísmicamente como México no provocó mayores daños. La verdad es que fue muy distinto al 27 de febrero", asegura Ivelic.
Sorpresa
Aun cuando "uno empieza a calibrar el feeling", el coordinador de la reconstrucción chilena confiesa su "sorpresa" por el ejercicio "muy bien organizado" que se desplegó al momento de las señales (alarmas) de alerta temprana previo a la onda sísmica.
"Cada piso tenía un encargado de seguridad que viste una chaqueta de color y un silbato, encargado de dirigir (a las personas) hacia un sitio seguro; dar el anuncio sobre cuándo se puede abandonar el lugar; dar directrices para evacuar el edificio y, una vez evacuado, mantener un letrero con el número del edificio para que todos se mantengan en la misma zona", agrega.
Esto, según Ivelic, permitió que la gente reaccionara con mucha calma, al igual que el resto de los ocupantes de los demás edificios y quienes caminaban -a esa hora- por la calle.
"En México habían instalado una red piloto en el estado de Guerrero -epicentro del temblor- luego del terremoto del '85. Esa red sismográfica, una vez que percibe los movimientos, envía una señal a todos los edificios públicos, hospitales y escuelas. Obviamente, su comunicación viaja más rápido que la onda, de manera que todos son alertados segundos antes y eso permite evacuar los edificios con anticipación", explica.
Concretada la evacuación, añade, la directora de la Protección Civil de México contaba con una red de emergencia independiente (teléfono satelital) a la pública, que le permitía comunicarse con el resto de los miembros del comité ejecutivo de emergencia y el ministro del Interior, "parte de un sistema de alerta temprana que nosotros para el terremoto no teníamos disponible".