Rolando Jiménez, presidente del Movilh.
Paul Plaza, LUNSANTIAGO.- De nada valió la carta leída este miércoles por el vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, respecto a las palabras del arzobispo Ricardo Ezzati en la que la Iglesia Católica lamentó el deceso del joven gay Daniel Zamudio, señalando que esperaban que se hiciera justicia y asegurando que nadie puede agredir a otro por razones de sexo, condición, nacionalidad, etc.
El líder del Movimiento de Liberación Homosexual (Movilh), Rolando Jiménez, criticó el silencio del religioso durante los 25 días en que el joven agredido -por motivos homosexuales- agonizó en la Posta Central.
Según consigna Radio Cooperativa, el presidente de la agrupación dijo que quería "señalar mi vergüenza como ciudadano, de que el obispo de Santiago, (Ricardo) Ezzati, tenga tiempo para visitar a un pedófilo y a un abusador y que no haya dicho una palabra de la solidaridad para la familia, con la situación que le tocó vivir y que terminó con la muerte de Daniel".
Los cuestionamientos apuntan a la deferencia que ha tenido el arzobispo en visitar en dos oportunidades al sacerdote Fernando Karadima quien se encuentra condenado por abusos sexuales a menores, fallo que dictaminó el Vaticano y que lo alejó de su vida religiosa.
Pese a este incidente, Jiménez dijo tener la convicción de que "el sacrificio de Daniel no va a ser en vano. El dolor de su familia no va a ser en vano. El se ha convertido en un símbolo de la lucha por la dignidad, por los derechos fundamentales de las personas que tenemos un orientación sexual distinta".