SANTIAGO.- "Esto no es fruto de la casualidad". Esa fueron las palabras del ministro de Educación, Harald Beyer, al comentar el Simce 2011 y los factores que incidieron en los resultados, que fueron considerados "positivos" desde el Ejecutivo.
"Son producto de un conjunto coherente y consistente de políticas educativas que hemos emprendido como Gobierno, donde hemos recogido las mejores políticas educativas de gobiernos anteriores. Por ejemplo, la subvención escolar preferencial, la mayor inversión en mejores textos escolares, los cambios en las bases curriculares y la mayor cantidad de recursos", dijo.
Dichas señales, según el secretario de Estado, van de la mano de iniciativas que mezclan a los estudiantes, el profesorado y los padres.
Las cifras del Simce de Matemáticas -que sirvió como referencia-, por ejemplo, dan cuenta de que quienes reciben menor feedback de parte de sus docentes promediaron 248 puntos, 14 menos que los que tuvieron un mayor contacto.
"Los profesores que entregan retroalimentación a los estudiantes suelen tener muchos mejores resultados que aquellos que no. Es decir, una vez que se corrige la prueba no les dicen dónde estuvieron los errores o cuáles fueron los más comunes. No les están fortaleciendo los aprendizajes", señaló Beyer.
En la misma, el clima escolar también incide directamente en los resultados. De hecho, los alumnos que establecen relaciones de confianza y respeto con sus compañeros y docentes mostraron cifras más altas (266 unidades en promedio) que los que tienen una menor relación (252).
"Aquellos profesores que generan confianza y respeto en sus aulas logran obtener mejores resultados. Enfatizamos este punto: la importancia de que se respete, haya una sana convivencia escolar y de que los estudiantes tengan no sólo derechos, sino que también cumplan con sus deberes", añadió.
Asimismo, los alumnos que recibieron mayor motivación de parte de sus superiores en educación marcaron una brecha de 30 puntos promedio de diferencia: 277 contra 237 de quienes no tuvieron exigencia en el cumplimiento de tareas y obligaciones.
Por último, adicionó el ministro Beyer, el rol de los apoderados resultó fundamental en las cifras entre los estudiantes, ya que quienes se preocuparon más del aprendizaje escolar de sus hijos tendieron a tener mejores resultados: 264 contra 256.
"Las preocupaciones como preguntarle al niño si hizo la tarea, si leyó 20 minutos, acompañarlo en la lectura o hacer pequeñas actividades conjuntas. Todo esto permite progresar a nivel educativo", concluyó.