Las anécdotas que han marcado el discurso del 21 de mayo

SANTIAGO.- A sólo horas de la tercera cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera, un clima de tensión, generado por la pugna entre la Concertación y el oficialismo por el rol de la ex Presidenta Michelle Bachelet en el 27-F, amenaza con empañar la ceremonia.

Pero este complejo escenario no es nuevo para los asesores presidenciales de turno, porque desde el retorno a la democracia en 1990 estas instancias republicanas han estado marcadas por episodios que escapan del rígido protocolo y que forman parte de un extenso anecdotario.

Tras el término del régimen militar, el primero en volver al Congreso Nacional a dar cuenta del balance del Gobierno fue Patricio Aylwin . Esa alocución es recordada por la  gestualidad que le impuso a su discurso, que incluyó alusiones al periodo anterior.

"Nadie puede ofenderse porque se diga que en Chile hubo dictadura, es sólo llamar las cosas por su nombre", dijo el ex Mandatario en esa oportunidad.

Pinochet y la "vieja gritona"

Luego vino el turno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cuyo balance anual de 1996 estuvo marcado por los rumores de que ese día había muerto el almirante José Toribio Merino. La noticia fue desmentida por la propia familia del ex uniformado que se manifestó indignada aclarando que Merino estaba vivo y en su casa.

Tres años después, en su última intervención ante el Congreso pleno, Frei sufrió un percance mayor cuando se le quedó el micrófono abierto y por la transmisión oficial se escuchó: "Pucha la vieja gritona", en alusión a una mujer que desde las gradas intentó interrumpir su alocución en reiteradas ocasiones.

El momento también fue aprovechado por un grupo de parlamentarios de la Alianza que sacó un cartel donde se leía: "Inglaterra y España, no somos colonia. Devuelvan a Pinochet". Esto, mientras se resolvía la situación del ex comandante en jefe del Ejército detenido en Londres.

Peleas

En mayo de 2001, el Presidente Ricardo Lagos terminaba su discurso invitando a los chilenos a "trabajar" y mientras era ovacionado, desde las tribunas algunos asistentes lo increparon gritándole "¡Mentiroso!" y un "¡Viva Pinochet!". Los manifestantes fueron detenidos.

En 2002, minutos antes de la cuenta, las diputadas de RN Pía Guzmán y Carmen Ibáñez, apodada "La Regalona", protagonizaron una discusión subida de tono en la alfombra roja del salón de honor del Congreso. Pese a que desde la galería se podía apreciar la escena, no hubo testigos que reprodujeran el aireado intercambio de ideas.

La mujer que le mintió a Lagos

Uno de los episodios más recordados se vivió ese mismo año cuando Olga Oyarce se convirtió en "la mujer que le mintió al Presidente Lagos". La historia de la pobladora fue ocupada en el discurso para ejemplificar a una familia que subsistía sólo con $105 mil mensuales y que recibiría un bono de protección familiar.

Al día siguiente se supo que el esposo de Oyarce ganaba $250 mil y que ella había mentido. La Moneda no tuvo más opción que salir a confirmar el hecho, pero no sólo eso también debió acudir a la Biblioteca del Congreso para retirar del discurso oficial -del cual queda registro- esta historia que resultó ser una gran farsa.

Al año siguiente, en 2003, un universitario le gritó en pleno discurso al mismo Lagos: "ésta no es la democracia que esperábamos" y el Presidente le respondió: "Democracia es que usted pueda estar en las calles gritando, mi amigo. Por eso luché" .

En 2008, una situación similar afectó a la Presidenta Michelle Bachelet, quien fue interrumpida por deudores habitacionales de la agrupación Andha Chile. Los manifestantes le exigían a la gobernante una solución a sus problemas con el pago de sus viviendas sociales. Pese al momento tenso que se vivió en el Congreso, la transmisión oficial no mostró a las mujeres que habrían recibido invitaciones de la oposición para asistir.

Trifulcas y redes sociales

Las cuentas públicas correspondientes al gobierno de Sebastián Piñera se recuerdan como las primeras en que la tecnología cumple un rol fundamental.

En la del año pasado, por ejemplo se bloqueó el plan de datos de los celulares de los asistentes, por lo que muchos parlamentarios se ofuscaron cuando se dieron cuenta de que no podrían "twittear" durante la sesión.

Un año antes, en 2010, en su primer balance y a menos de un mes de haber asumido la presidencia, Piñera dijo que esperaba que Chile alcanzara un desarrollo económico como el de Checoslovaquia . El error fue objeto de burla por parte de los detractores del Mandatario debido a la comparación con un país que ya no existe.

En 2011, nuevamente un cartel acaparó las miradas y desató la polémica . El senador Antonio Horvath (RN) junto a un grupo de parlamentarios de la Concertación desplegó en pleno discurso un lienzo donde se leía: "No a HidroAysén. Patagonia sin represas" . La situación molestó a los parlamentarios oficialistas y el UDI Felipe Ward improvisó un papel escrito a mano en el que increpaba: "Ridículos".

La transmisión televisiva oficial fue blanco de críticas por no mostrar los desalojos luego de intentos de interrupciones en las graderías. La "estrategia" del oficialismo fue responder con fuertes aplausos y cual "barra brava" al Mandatario ante cada incidente.

Los ánimos caldeados llevaron incluso a que diputados de la Alianza como Alberto Cardemil, en un intento de quitarle otro cartel al senador Ricardo Lagos Weber tropezara con el PPD Marco Antonio Núñez, quien se molestó y se puso de pie en señal de desafío. El presidente del Senado llamó al orden y el asunto no llegó a las manos.

Pero sin duda la performance que más revuelo generó fue la protagonizada por los diputados Gabriel Silber (DC) y Leopoldo Pérez (RN) quienes, al finalizar la cuenta pública, se enfrentaron y llegaron a chocar sus pechos en señal de pelea. El altercado no pasó a mayores y al otro día ambos parlamentarios recordaron con vergüenza el incidente.

Habrá que esperar hasta mañana para ver si se producen nuevas escenas que ameriten ser incluidas en este anecdotario.