SANTIAGO.- El informe de la empresa constructora del avión CASA 212 que se estrelló en el archipiélago de Juan Fernández, fabricante europea de Airbus Military, concluyó que el accidente se produjo por la decisión del piloto de volar a baja altura sumado al fuerte viento horizontal y vertical que se produce en la zona anterior al aeropuerto del lugar.
Así lo comentaron los abogados querellantes y defensores de gran parte de las 21 víctimas que dejó esta tragedia ocurrida el 2 de septiembre del año pasado.
El peritaje realizado en España, Gran Bretaña y Canadá ahonda en el inusual fenómeno llamado "wind shear", que es una combinación de vientos verticales de índole meteorológico y horizontales de carácter geográfico que enfrentó el aparato segundos antes de estrellarse en el mar.
Dicha condición, surgida inesperadamente en el canal que separa Punta O'Higgins, en la Isla Robinson Crusoe y la isla Santa Clara, desestabilizó la nave justo cuando realizaba un segundo intento de aterrizaje en la pista de Juan Fernández.
Además concluyó que quien maniobraba el CASA 212 era el piloto Juan Pablo Mallea y no la teniente Carolina Fernández, quien entró a esa zona a una altura de alrededor de 197 metros o en jerga aérea 652 pies.
El reporte lo prepararon un grupo de peritos e ingenieros aeronáuticos de distintas nacionalidades, entre ellos, un canadiense, un inglés, cuatro españoles y dos estadounidenses.
Según el documento, el wind shear y la baja altura a la que volaba el CASA 212 le hicieron perder la sustentación necesaria para mantenerse en el aire. En definitiva, el fenómeno convirtió el espacio en un ambiente no tolerable para mantener las condiciones aerodinámicas, generando la pérdida de control y posterior caída de la aeronave al mar.
El informe técnico, contenido en 700 páginas, debido a los anexos incluidos, describe segundo a segundo lo ocurrido con el aparato ese día. También reconstruye las decisiones adoptadas por la tripulación, las condiciones mecánicas con que volaron y el difícil clima que enfrentaron.