SANTIAGO.- Gran parte de las enfermedades respiratorias de invierno son producidas por 12 variedades de virus que tienen más de 150 tipos diferentes y que tienen en los niños menores de 5 años al grupo etario más sensible, seguido de los adultos mayores.
De hecho, según explican especialistas de la Mutual de Seguridad CChC, los pequeños que figuran en este tramo pueden padecer entre 3 y 5 episodios por año, repitiéndose sobre todo los resfriados comunes, las gripes, bronquitis, faringitis y neumonías.
Sabido esto, resulta clave saber las principales medidas de prevención y conocer los síntomas de estos padecimientos. Aquí algunos consejos:
Resfrío común
Sus síntomas duran entre 3 a 5 días y afectan principalmente a la nariz -al ser una inflamación superficial de las fosas nasales- provocando congestión o secreción nasal. Adicionalmente, se produce carraspera, tos, estornudos y dolor de garganta. Generalmente también pueden aparecer fiebres bajas y dolores de cabeza.
Para evitarlos, ideal es tomar resguardos a la hora de vestirse en caso de exponerse al frío y evitar los cambios de temperatura muy bruscos. Además, como los resfríos se contagian con facilidad, es recomendable evitar el contacto cercano con personas con tos y secreciones nasales.
En la misma línea, al toser hay que cubrirse con las mangas o puños y no con las manos, para evitar la propagación de gérmenes. Y si se tiene contacto con alguien resfriado, lavarse las manos. Además, no compartir efectos de uso personal, como toallas, pañuelos u otros objetos que puedan facilitar un eventual contagio.
Influenza
Esta gripe dura entre 5 a 10 días y, pese a que comparte muchos síntomas con el resfriado común, tiende a presentarlos de forma más intensa, con una congestión nasal y una fiebre más alta; tos seca que, con los días, puede ser acompañada de esputo; y dolores más fuertes, haciendo que el paciente se sienta cada vez peor. Adicionalmente, puede aparecer fatiga y dolor muscular.
Al igual que el resfrío, se contagia fácilmente entre personas, por lo que es recomendable extremar las precauciones e intensificar las medidas de higiene para evitar contagios.
Con todo, vacunarse contra la influenza es la medida de prevención más eficaz en aquellas personas con mayor riesgo de padecer la enfermedad, es decir, niños y adultos mayores. Se recomienda además mantener una alimentación completa y balanceada.
Faringitis
Es una inflamación de la faringe, causada principalmente por virus (80%), aunque también puede ser gatillada por bacterias. El principal síntoma es un dolor de garganta intenso acompañado de tos. Además, hay fiebre, dolores de cabeza, dolores musculares y articulares, ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
Al atacar particularmente la garganta, lo ideal es que proteger el cuello y pecho. El uso de pañuelos o bufandas debe ser una obligación en la época más fría, sobre todo, cuando se expone a cambios de temperatura bruscos.
Lo recomendable también es fortalecer las defensas con dosis altas de vitaminas, particularmente Vitamina C, ingiriendo frutas que la contengan, jugos naturales o bien suplementos. La miel -o sus derivados, como la jalea real- puede ayudarnos a proteger y, sobre todo, a aliviar dolores de garganta en fase inicial y la irritación.
En casos en que se presente fiebre alta, calosfríos y secreción purulenta faríngea es conveniente consultar a su médico, pues podría requerir antibioticos.
Bronquitis
Se trata de un cuadro viral que afecta al tejido que recubre a los bronquios, que conectan la tráquea con los pulmones, generando una inflamación que puede provocar dificultad para respirar y mucosidad.
Inicialmente puede presentarse un cuadro catarral, con fiebre, tos seca y congestión, para posteriormente presentar tos acompañada de mucosidades espesas blanquecinas, amarillentas o verdosas. Usualmente, conlleva una sensación de presión en el pecho, que puede estar acompañada de ronquera y sonidos al respirar.
La causa más común de la bronquitis es fumar, por lo que lo recomendable evitar el cigarro o, si ya fuma, reducir progresivamente su consumo, ya que fácilmente puede derivar a una neumonía. Como es de fácil contagio aéreo, es aconsejable evitar entrar en contacto con los flujos respiratorios de una persona infectada.
Neumonía
La fiebre alta, dolor de espalda, tos con expectoración o secreción, malestar general con presencia de dolores musculares, son sus principales síntomas.
Es recomendable evitar todo aquello que pueda congestionar las mucosas, tratando de mantener en el hogar un ambiente libre de humedad y de otros factores que puedan alterar el aire.
Adicionalmente, se recomienda extremar las mismas medidas de higiene que, al igual que el resto de las enfermedades respiratorias, requiere evitar el contacto directo con personas contagiadas y lavar las manos cada vez que entre con elementos de uso público o que hayan sido utilizados por personas infectadas.