El domingo se realizó la lectura del veredicto en el caso ADN-Nutricorp. Tres de los cinco ex ejecutivos fueron condenados por el delito de atentado contra la salud pública.
Christian Zúñiga, El MercurioSANTIAGO.- El próximo 24 de agosto se realizará la lectura de sentencia para los tres ejecutivos de la empresa B. Braun Medical Chile, que fueron hallados culpables de delitos contra la salud pública en el bullado caso ADN Nutricomp.
En Chile, la fiscalía logró comprobar que seis niños fallecieron a causa del consumo del alimento defectuoso, y que otros 59 quedaron con daños irreparables, pero el Tribunal Oral de San Bernardo absolvió a Roberto Oetiker, Ezzio Olivieri y Egon Hoffmann de cuasidelito de homicidio y lesiones.
De todas las víctimas por las que la Fiscalía Occidente formuló la acusación, el tribunal acreditó que sólo en seis casos había una correlación entre el consumo del ADN y la muerte o lesiones de la víctima.
Pero la cifra de afectados podría ser aún mayor de lo que se conoce. ¿La razón? El producto fue exportado a varios países de América y Asia, donde habría sido consumido por miles de niños.
En entrevista con Emol, uno de los tres fiscales a cargo de la extensa investigación –se extendió por cinco años- Heriberto Reyes, asegura que esa es "una cifra negra que nunca vamos a poder desentrañar".
"Logramos acreditar que el alimento fue exportado a Argentina, Filipinas, Malasia, Indonesia, Vietnam, Singapur, Brasil, Bolivia, Guatemala, Paraguay, Rusia y Venezuela, con las mismas anomalías que tenía en Chile, y con falsificación de sus etiquetas. Ponían el nombre de la empresa Watt’s", sostiene el persecutor.
Afirma además que cuando la fiscalía se enteró de la situación anómala con el suplemento alimentario, "ya era relativamente tarde y los otros países no tenían una investigación en cuso como nosotros".
"La fiscalía toma noticia cuando ya todo había ocurrido y hubo una gran cantidad de alimento que se consumió en distintos países, de los que nunca sabremos realmente si las personas que lo consumieron padecieron o no daño, porque uno de los problemas que tiene la hipokalemia (un trastorno del metabolismo basado en la disminución de potasio en la sangre) es que también la producen otros fenómenos de la salud", explica.
Agrega que ante la imposibilidad de no poder investigar fuera de Chile, lo único que pudieron hacer fue informar a las autoridades extranjeras a través de la Unidad de Cooperación Internacional y Extradiciones (Uciex) de la Fiscalía Nacional.
Hubo respuesta desde Bolivia y Paraguay, donde se confirmó que ADN Nutricom era vendido, pero que no se había establecido una relación con un daño concreto a la salud de las personas.
El otro país del que se tiene noticias es Argentina, donde el suplemento alimentario fue prohibido a partir del año 2008, tras consulta de la autoridad sanitaria de ese país a Chile. El caso se había iniciado el año anterior.
Del resto de naciones a las que fue exportado el producto no se tiene antecedente alguno.
Fallo disminuye penas
Pese a lo inédito del fallo en cuanto a que por primera vez en la historia de la reforma penal alguien es condenado por delitos contra la salud pública, el fiscal Reyes estima que tras el veredicto "los grandes perdedores son las víctimas".
"Es como decirle mire, su hijo murió por algo que no fue este alimento, pese a que lo único que consumían era ese alimento en forma exclusiva y yo diría también en forma cautiva", indica.
Agrega que la decisión del tribunal no sólo pone en duda el carácter de enfermedad de la hipokalemia, sino que también las probables penas a cumplir bajan significativamente. "En un caso en que se podría sentenciar a 20 años, baja violentamente a 5", dice.
Ayer se realizó la audiencia de determinación de pena del caso, que es la última etapa de discusión en el juicio antes del fallo final.
En ella, el fiscal Heriberto Reyes solicitó que la pena que el tribunal vaya a adoptar se agrave por el hecho de que los ejecutivos utilizaron publicidad masiva para la venta de ADN Nutricomp.
"La fiscalía sostiene que cuando se distribuye un alimento defectuoso a sabiendas, el peligro de propagación se incrementa notablemente cuando se usa publicidad, puesto que las personas no tiene cómo darse cuenta si un alimento es bueno o es malo y sólo tiene que dar fe de lo que dice el fabricante a través de sus promociones, su publicidad y su folletería", enfatizó.