Colegio Apoquindo: Hermano de imputado acusa complot

SANTIAGO.- A cinco días de que Esteban Moya Godoy y su esposa Margarita Villegas Lagos fueran formalizados por el 4° Juzgado de Garantía de Santiago por abuso sexual y violación contra cuatro menores del colegio Apoquindo, la familia de los imputados saca la voz para reafirmar la inocencia de éstos y para acusar la existencia de un complot en su contra.

Claudio Moya, hermano mayor del imputado, señala a Emol que hay dos antecedentes que para ellos resultan clave a la hora de explicar por qué Esteban y su cuñada están siendo acusados por un crimen que, según él, "nunca cometieron".  "Mi hermano y mi cuñada son inocentes y fueron víctimas de una mente maligna", afirma Claudio.

El primero de los hechos a los que hace referencia se registró en diciembre del año pasado, cuando, según él, su hermano presenció cómo uno de los apoderados, que ahora aparece denunciándolo, "golpeaba con violencia a su propio hijo en dependencias del colegio".

"Mi hermano tuvo un intercambio de palabras con él, quien abofeteaba al menor y le decía '¿quién es el que manda?, el niño respondía yo mando, después le pegó de nuevo y le preguntó, ¿quién es el que manda?, hasta que el niño se quedó callado. Esteban lo miró con cara de rabia porque cree que con ese tipo de gente no hay que meterse porque se creen que tiene mucho poder, hacen lo que quieren. Se quedó callado, pero después lo comentó con su señora y otros apoderados", afirma.

El segundo hecho ocurrió el domingo 1 de julio, cuando Esteban y Margarita fueron formalizados. "Antes de ingresar a la sala, un señor estaba hablando por teléfono y habían varias hermanas de la Margarita. Una de ellas escuchó que él decía 'oye ya po, soy yo el único que está dando la cara aquí, ¿no quedamos en que teníamos que estar todos?'. Además dijo: 'hay otro problema, agarraron a la mujer también. Al hueón que yo quería agarrar era al Esteban'", señala Claudio.

"Para mí se trata de un complot contra Esteban pero metieron también a mi cuñada. El abogado ha hecho un montón de diligencias y estamos seguros de que saldrán adelante. Mi hermano es una persona honrada, trabajadora. Nosotros queremos saber por qué se tiraron contra mi hermano. Hay gente de poder, no veo otra razón, queremos saber el porqué. Nunca tuvo ningún altercado con nadie del colegio", reflexiona.

"Jamás llevaron niños a su casa"

El hermano del imputado sostiene también que las diligencias que ha realizado la Policía de Investigaciones (PDI) en la casa de los Moya Villegas -donde incautaron computadores y cámaras fotográficas- y los exámenes que el SML practicó a los menores no arrojan resultados que sustenten la acusación. "En ninguno de estos casos salieron culpables, todos los resultados fueron negativos. Pero el viernes entró otra denuncia y por esa fueron detenidos", explica.

Sin embargo, el informe del SML determinó que cuatro menores de edad, en etapa preescolar, todos ellos hombres, fueron abusados sexualmente por la pareja de funcionarios al interior del establecimiento educacional y dos de ellos violados en reiteradas ocasiones.

El pariente de Esteban Moya asegura enfático que ni su hermano ni su cuñada "jamás llevaban niños a su casa. Ayer escuché que se les iba a hacer una nueva interrogación a los niños. Yo creo que los menores están inducidos por los papás, porque eso no es de la cabeza de un niño, tiene que ser una mente malvada, desquiciada".

Claudio dice que desde un comienzo la directiva del colegio Apoquindo los ha apoyado en todo momento y que no pueden entender qué pasó. "La directora (la renunciada María Eugenia Gandarillas) nunca puso en duda la labor de mi hermano. La confianza de ella y de gran parte de los apoderados está hasta ahora", afirma.

La familia está "destrozada"

Claudio dice que no los han dejado de visitar en la cárcel y que tanto su hermano como su cuñada "están abatidos, destrozados".

Esteban y Margarita tienen dos hijos, uno de 17 (quien el miércoles pudo ver a su madre) y una menor de 10. Ahora son los hermanos los que están a cargo de ellos y se reúnen todos los días en la casa de la madre de los Moya.

La niña sabe que sus padres están en problemas porque cuando fueron de la PDI a buscarlos ella estaba con ellos, pero no sabe que están detenidos.