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Trinidad Gelfenstein y joven que le donó órganos son despedidas el mismo día

La joven de 17 años está siendo velada en la capilla del Colegio Sagrado Corazón Monjas Inglesas de Las Condes, mientras los restos de Daniela González fueron trasladados a su casa en Contulmo.

14 de Julio de 2012 | 13:26 | Emol
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Una gran cantidad de personas han acudido a despedir a Trinidad Gelfenstein en la capilla del Colegio Sagrado Corazón Monjas Inglesa.

Héctor Flores, El Mercurio

SANTIAGO.- Durante toda esta jornada se realizará el velorio de Trinidad Gelfenstein, la joven de 17 años fallecida ayer luego que no lograra superar un trasplante de corazón y pulmón que se le realizó el día anterior.


La estudiante está siendo velada en la capilla del Colegio Sagrado Corazón Monjas Inglesas de Las Condes, cuyas puertas se abrieron alrededor de las 9:00 horas para todos aquellos que quieran despedirla y dar las condolencias a su familia.


A las 19:00 horas se realizará una misa en el lugar por su eterno descanso, mientras sus funerales se efectuarán mañana a las 10:00 horas en el cementerio Parque del Recuerdo.


La directora del Colegio Sagrado Corazón, aseguró que son "una comunidad en duelo" y que de vuelta de las vacaciones de invierno se va a aplicar un trabajo intenso con los alumnos, profesores y apoderados para enfrentar el dolor de la pérdida de Trinidad.


"Somos una comunidad que está en duelo y los duelos son procesos que hay que vivir, porque es enfrentarse al dolor más profundo de una pérdida", señaló.


En tanto, en Contulmo la familia de Daniela González, la joven cuyos órganos fueron trasplantados a Trinidad Gelfenstein, también está velando sus restos este sábado.


La donante había llegado el viernes pasado a Santiago para trabajar como asesora del hogar en el sector oriente de la capital y así juntar dinero para estudiar diseño gráfico. Sin embargo, el domingo sus deseos se vieron truncados cuando fue atropellada en Lo Barnechea.


Los padres viajaron desde el sur a la capital, donde alcanzaron a verla. Daniela los reconoció y se despidió. La pena no impidió que, una vez que se enteraron de que su hija era donante, respetaran su voluntad.

Finalmente, a la joven se le constató muerte cerebral y ante el diagnóstico irreversible, se convirtió en donante para Trinidad y para otros tres pacientes que recibieron su hígado y sus dos riñones.

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