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Trinidad Gelfenstein y su donante Daniela González tuvieron emotivos funerales

Ambas recibieron misas de despedidas en la Capilla del Parque del Recuerdo de Santiago, y en la Iglesia Evangélica "Puertas del Cielo" de Contulmo, respectivamente.

15 de Julio de 2012 | 14:00 | Emol

SANTIAGO.- Emotivos funerales tuvieron este domingo la joven Trinidad Gelfenstein (17), que no soportó el implante de corazón y pulmón, y su donante Daniela González (19), quien pereciera en un accidente en Lo Barnechea.


Cientos de personas acompañaron el féretro de la estudiante de cuarto medio del colegio Monjas Inglesas de Las Condes, quien en un ambiente de recogimiento recibió una misa de despedida en la Capilla del Parque del Recuerdo.


Allí, el que fuera su pololo, Juan Pablo, destacó el constante empuje que tuvo Trinidad para reponerse a la angiomatosis capilar pulmonar que la aquejaba, el primer caso diagnosticado en Chile.


"Ella luchó mucho, mucho, se hizo todo lo posible, pero quizás fue lo mejor en este momento. Por algo Dios hizo lo que hizo", expresó el joven, que acompañó hasta el último la urna con los restos de su pareja.


Terminada la liturgia, familiares y cercanos a Trinidad le dieron sepultura en privado, mientras cientos de globos eran lanzados al aire por varios de los asistentes en un emotivo gesto para recordar a quien no resistiera el doble trasplante.


Masiva despedida


En paralelo, en la localidad de Contulmo (Región del Biobío), Daniela González (19) fue despedida por cerca de 200 personas, entre familiares, amigos y vecinos de la población Las Araucarias.


La joven, que fue velada en la víspera en su propio domicilio, recibió cerca del mediodía un servicio religioso en la Iglesia Evangélica "Puertas del Cielo", para luego ser trasladada al Cementerio General de la comuna.


Daniela había llegado el viernes pasado a Santiago para trabajar como asesora del hogar en el sector oriente de la capital y así juntar dinero para estudiar diseño gráfico. Sin embargo, el domingo sus deseos se vieron truncados cuando fue atropellada en Lo Barnechea.


Los padres viajaron desde el sur hasta Santiago, donde pudieron despedirse y respetar la voluntad de su hija de ser donante. Una vez que se le constató muerte cerebral, sus órganos fueron cedidos a Trinidad y otros dos pacientes: José Contreras (hígado y riñón) y Gloria Ramírez (riñón).

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