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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 17:38
SANTIAGO.- El coronel (r) de la Fuerza Aérea de Chile Edgar Ceballos, detenido tras ser acusado de la muerte por torturas del padre de la ex Presidenta Michelle Bachelet, fue sometido a exámenes médicos este lunes para certificar una avanzada enfermedad mental.
Ceballos, de 82 años, fue detenido el 17 de julio junto al ex coronel Ramón Cáceres por orden del juez Mario Carroza, quien investiga la muerte de Alberto Bachelet, general de la Fuerza Aérea de Chile que fue detenido tras el golpe militar encabezado por Augusto Pinochet en 1973 por mantenerse fiel al gobierno del socialista Salvador Allende y que murió en la cárcel en 1974.
El ex coronel Ceballos fue trasladado al Servicio Médico Legal (SML) por orden de Carroza, donde "se le realizaron pericias clínicas y psiquiátricas por cerca de dos horas", dijo una fuente del SML que pidió mantener su identidad en reserva.
Luego fue trasladado a la base aérea El Bosque, en Santiago, donde fue encarcelado junto a Cáceres.
Grupos de familiares de víctimas de la dictadura realizaron una improvisada protesta fuera del SML en rechazo a los exámenes practicados a Ceballos, quien sufre de Alzheimer, una dolencia que podría eximirlo de responsabilidades legales, dijo una de las manifestantes.
"Nosotros estamos esperando (los resultados de) este examen que se le hizo a Ceballos", quien "como el dictador Pinochet recurrió a estos exámenes para poder ocultarse en demencias seniles", dijo Alicia Lira, presidenta de la Asociación de Familiares de Ejecutados Políticos.
Según estableció un reciente informe del SML, el general Bachelet murió por un ataque coronario tras las torturas que sufrió.
Tanto Michelle Bachelet como su madre, Ángela Jeria, declararon de forma reservada en las indagaciones del juez Carroza y ambas se querellaron por la muerte de su padre y esposo. Ambas también fueron arrestadas en centros de torturas en 1975 y luego fueron exiliadas.
El régimen de Pinochet (1973-1990) dejó un saldo de más de 3.000 muertos, además de otras 37.000 víctimas que sufrieron penas de cárcel y torturas.
