Parte juicio oral por crímenes de madre e hija en San Javier

LINARES.- Veinte años de cárcel, sumado a una cadena perpetua simple, son las sanciones que arriesga Claudio Andrades Zapata (34), acusado como autor del crimen calificado de su tía y violación con homicidio de su prima de 9 años, la madrugada del 10 de septiembre de 2009 en el sector de Santa Cecilia de San Javier.

Ayer comenzó el juicio en su contra en el Tribunal Oral de Linares y se estima que durará toda esta semana.

Este martes y los restantes días, el Ministerio Público presentará las demás evidencias reunidas durante el transcurso de la investigación: 20 testigos, siete peritos, fotografías y prueba documental, tras lo cual la defensa del imputado y la parte querellante presentarán sus medios de prueba.

El fiscal jefe de San Javier, Jaime Cáceres, explicó que "la fiscalía empezó a presentar diversos medios de prueba, principalmente testimoniales, con los miembros de la familia: el cónyuge y los hijos de la víctima adulta; y padre y hermanos de la menor, quienes dieron un testimonio bastante fuerte de la forma como tomaron conocimiento de los hechos y las implicancias para su vida".

"Asimismo se incorporaron otros medios de prueba, también testimoniales, que dan cuenta de la ubicación del acusado en momentos previos y posteriores a la ocurrencia de los hechos, además se exhibieron fotografías que dan cuenta de la posición en la que fueron encontrados los cuerpos y evidencias recogidas en el sitio del suceso", añadió.

Ambos delitos quedaron al descubierto el 10 de septiembre, cuando un hijo y hermano de las víctimas llegó al domicilio y encontró a ambas mujeres sin vida.

Las diligencias de investigación dirigidas desde el primero momento por el fiscal Jaime Cáceres, permitieron identificar al acusado Andrades como autor, pero éste huyó sin dejar rastros de su paradero.

Más de dos años estuvo prófugo de la justicia hasta que finalmente fue encontrado el 13 de noviembre de 2011 en Chiloé. Desde esa fecha ha permanecido privado de libertad.

Al iniciarse el juicio, el imputado, quien sobrino y primo de las víctimas, reconoció haber cometido los delitos.