O'Reilly confirma que no ha declarado ante el investigador canónico e insistió en su inocencia

SANTIAGO.- El sacerdote John O’Reilly confirmó este jueves durante su declaración judicial que a cinco meses de iniciada la investigación canónica por el presunto abuso sexual contra una menor, aún no ha testificado formalmente.
 
Esto, luego que la parte querellante le insistiera respecto al avance de las indagatorias que paralelamente lleva el Vaticano por su responsabilidad en las supuestas agresiones contra una alumna del Colegio Cumbres en 2010, cuando ésta tenía cuatro años.
 
En la instancia, que se extendió por casi dos horas, el religioso fue interrogado primero por el Ministerio Público y luego por el abogado de la presunta víctima, José Ignacio Escobar. Sin embargo, su defensa –encabezada por el abogado Luis Hermosilla- se restó de dicho derecho por considerar que las preguntas formuladas por el resto de los intervinientes carecían de importancia respecto a los hechos denunciados, según explicó al término de la audiencia.

"El abuso es un crimen horrendo"

Al inicio de su testimonio, el cura miembro de los Legionarios de Cristo se refirió a su visión del delito por el que está siendo investigado por la Fiscalía Oriente, recalcando que "el abuso es un crimen horroroso, mata muchas vidas y mata a los que son falsamente acusados" y calificando este tipo de ilícitos como "un acto antinatural".

Agregó que desde que se conoció la denuncia en su contra "he cargado con esta cruz y el dolor aumenta al no encontrar con quien hablar en el Ministerio Público", en referencia a que el fiscal a cargo de la causa, Ignacio Pinto, no lo había citado a prestar declaración durante el tiempo en que ha sido investigado.

Respecto a la presunta víctima, O’Reilly negó haber tenido mayor contacto con la menor e incluso haber estado a solas con ella. Asimismo, afirmó que la alumna en cuestión era una niña conflictiva y que no tenía amigos, razón por la cual en una oportunidad su madre se entrevistó con él para expresarle su preocupación.

"Niego absolutamente haber tocado a esa niña o a cualquier otra niña", insistió el sacerdote, alegando que la acusación en su contra "es una calumnia que ha cambiado mi vida". "Antes era feliz, después de esto no sé qué va a pasar", continuó.

El imputado también confirmó que durante su desempeño como asesor espiritual, acostumbraba a realizar misas los días miércoles y viernes en el establecimiento, de 8:00 a 8:45 horas, instancia a la que asistían los diferentes cursos.

Pero recalcó que siempre las alumnas asistían acompañadas por sus profesoras, quienes además elegían a las menores que oficiaban de acólitas.

Agregó también que no acostumbraba a sacar a las alumnas de sus salas de clases para que éstas se confesaran.

Ante la pregunta de la Fiscalía sobre su relación con la hermana de la menor presuntamente agredida, quien también es indagada como una segunda víctima del religioso, O'Reilly enfatizó que no la conoce y que no tiene recuerdos de que la misma lo haya acompañado en las eucaristías como acólita.

Por último, y tras finalizada la audiencia, el presbítero agradeció la asistencia y apoyo de los apoderados que llegaron hasta la sala del tribunal y reafirmó ser inocente de los delitos que pesan en su contra.

Por su parte, su abogado representante cuestionó que durante el interrogatorio tanto la parte querellante como el Ministerio Público realizara alguna pregunta "que tuviera que ver con un acto de connotación sexual, fueron puras preguntas vagas y generales", enfatizando que en la investigación no existe ninguna prueba en contra del sacerdote que le pueda permitir a los investigadores afirmar una imputación de abuso sexual.