El acto de desagravio se realizó en el salón O'Higgins de la Cancillería y asistieron tres ministros de Estado, junto a magistrados y miembros de ONG.
Héctor Aravena, El MercurioSANTIAGO.- Por más de una hora se extendió el acto de reparación ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hacia la jueza Karen Atala, luego de que el organismo fallara a su favor en la demanda que interpuso contra el Estado chileno por el retiro de la tuición de sus tres hijas en virtud de su condición sexual.
El acto se realizó en el salón O'Higgins de la Cancillería y asistieron tres ministros de Estado, el de Justicia, Teodoro Ribera, del Trabajo, Evelyn Matthei, y del Sernam, Carolina Schmidt, además del presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, magistrados y representantes del Movilh y de la Fundación Iguales, entre otros.
Durante su discurso, la jueza Atala criticó duramente las leyes que regulan la tuición de los hijos en el país, calificándolas de "anacrónicas, anquilosadas y alejadas de nuestros tiempos", por lo que instó a modificarlas para que ambos padres puedan tener los mismos derechos sobre sus hijos.
También describió el dolor que sobrellevó tras el dictamen del juzgado de familia que hace más de ocho años la separó de sus tres hijas debido a que vivía junto a su pareja lesbiana. "Mi privacidad fue expuesta en la prensa. Como mujer de derecho y jueza no tuve más que aceptar, porque un juez me ordenaba entregar a mis hijas. De eso han pasado nueve años, vidas enteras cuando se trata de menores", manifestó la magistrado.
Añadió que "yo como madre no participé en la elección de sus colegios, no las acompañé a sus fiestas ni participé en la autorización de cirugías. Como sociedad chilena nos queda mucho trabajo por delante".
Asimismo, destacó la decisión de la CIDH de ordenar al Estado chileno realizar una capacitación permanente de los miembros del Poder Judicial en materia de Derechos Humanos y no discriminación de género.
"Esta lucha dejó de ser personal con el paso del tiempo y se transformó en (una lucha) política. Viene a dignificar a las madres lesbianas y a los padres gays que han sido discriminados y han debido esconder su condición, teniendo que esconder su amor por miedo a perder la tuición de sus hijos", subrayó.
En tanto, el presidente de la Corte Suprema, Rubén Ballesteros, sostuvo que su presencia en el acto se debía a un compromiso asumido con la jueza Atala y que "es una decisión personal". "Como cualquier juez de la República he querido estar cerca de esta señora para aliviar en lo posible con mi presencia los sufrimientos que ha tenido", afirmó.
Mientras que el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, anunció que junto con las medidas demandadas por la CIDH, el Gobierno seguirá trabajando por concretar la subsecretaría de Derechos Humanos, a fin de que no se repitan situaciones como la ocurrida a la jueza.
Por su parte, la ministra del Sernam, Carolina Schmidt, calificó como "importante" el acto y reiteró que en el país no se puede discriminar a una persona por su condición sexual.
Por último, el hijo mayor de la magistrada, Sergio Vera Atala, leyó un breve comunicado a nombre de su familia, en el que señaló el "orgullo" que siente por su madre y que gracias a su "lucha hoy Chile es un país más tolerable. Pero nada nos va a devolver el tiempo perdido. Este acto de hoy viene a demostrarnos que hasta los más grandes son falibles".