"Se necesitan profesores que quieran realmente educar, no sólo repetir el discurso", afirma Néstor.
El MercurioSANTIAGO.- En los últimos años nunca se cuestionó su decisión de estudiar Pedagogía. Ni siquiera cuando el jueves revisó sus puntajes de la PSU y se dio cuenta de que con sus 742 puntos le alcanzaba para estudiar Ingeniería y Medicina.
Aunque siempre estuvo cerca de la Pedagogía –su madre es profesora básica y su tía parvularia– Néstor Jara (17) descubrió su vocación de golpe hace algunos años mientras estaba en el colegio, el San Leonardo de Maipú. "Una vez faltó un profe de Física y teníamos una prueba y me pidieron que hiciera un repaso y me gustó mucho, fue realmente reconfortante", dice. Desde entonces no ha parado de hacer clases particulares.
Como si tuviera su respuesta clara desde antes, afirma que estudiar Pedagogía "es necesario para mí, porque me gusta, y necesario para el país, porque se necesitan profesores que estén dispuestos a hacer las cosas bien, que quieran realmente educar, no solamente repetir el discurso, sino compartir con los alumnos, sacarlos adelante, porque todas las futuras profesiones necesitan de un buen profesor detrás".
Luego de conocer sus puntajes en la PSU, Néstor postuló a Licenciatura en Ciencias Exactas en la Universidad de Chile, para ser profesor de Física, y gracias al puntaje que obtuvo fue beneficiado con la Beca "Vocación de Profesor", que entrega el Ministerio de Educación, que le permitirá estudiar toda su carrera gratis, además de recibir $80 mil mensuales y el financiamiento de un semestre de intercambio en el extranjero.
Pese a que valora los beneficios que tendrá, el joven tiene sus cuestionamientos al mecanismo. "No creo que sean solamente los estudiantes de Pedagogía los que merezcan una educación así. Si hubiera tenido vocación de médico, me hubiera gustado también que existiera la beca 'vocación de médico'. Debiera existir algo así para otras carreras", afirma.
Argumenta que "el Estado tiene un rol importante en la educación y debiera ayudar en cada arista". "Esta beca es un paso, pero no es la solución", afirma Néstor.
También advierte que, si bien no es el objetivo de la beca, ésta "podría atraer quizás a algún alumno que no tenga realmente vocación de profesor, pero que se atraiga por el cuento de estudiar gratis". "No es el objetivo de la beca, pero pudiera ser un efecto secundario no deseado", acota.