SANTIAGO.- El ex juez Baltasar Garzón, quien se hiciera conocido en nuestro país al ordenar en Londres la detención de augusto Pinochet por casos de violaciones a los Derechos Humanos, reconoció que el regreso del ex general a Chile le causó "disgusto y pena por las víctimas".
El ex magistrado se refirió a la escena protagonizada por Pinochet, cuando a su vuelta al país luego que la justicia inglesa rechazara su extradición por razones médicas y psicológicas, se levantara de la silla de ruedas y saliera caminando por el aeropuerto.
"La sensación fue de disgusto y pena por las víctimas. Me parece que cualquier alarde de esa naturaleza identifica a las personas que lo hacen, pero sobre todo dañan a las familias de las víctimas y a los derechos que por miles habían sido violentados", dijo Garzón en entrevista a radio Cooperativa.
El abogado indicó que el fallo del tribunal que significó el regreso del fallecido general "fue una decisión política que está dentro del marco que es la ley de extradición".
De todos modos, señaló que "el argumento de los informes médicos quedó claramente demostrado que no era suficiente y no era tal. Los informes médicos que se hicieron en España sobre los informes británicos mostraban que no había tal imposibilidad o incapacidad para afrontar el proceso judicial".
Garzón también se refirió a los dichos del Presidente Sebastián Piñera, quien en 1999 criticara su decisión de pedir la detención de Pinochet diciendo que en Chile "no estamos dispuestos a ser colonia de España".
"Con todo el respeto que me merece el señor Presidente de Chile, las opiniones fueron dichas más por la víscera que por el conocimiento jurídico. No fue solamente él, también hubo comentarios en ese momento como los de Felipe González (ex Mandatario español) y otros que criticaban o estaban en desacuerdo con esa decisión", indicó.
Sobre las diversas críticas en su contra en ese momento, el abogado español sostuvo que "yo creo que había un desconocimiento -quizás hoy menos- del sentido de la jurisdicción universal, que no hemos inventado los jueces. Es una norma aprobada por diferentes parlamentos y recogida en instrumentos internacionales, justamente para que no haya impunidad, dificultades o imposibilidad en el país respectivo ante crímenes de lesa humanidad, genocidio, tortura, etcétera".
"La decisión que tomé la sigo manteniendo el día de hoy", sostuvo enfático.