EFE
SANTIAGO.- El voraz incendio que afectó esta tarde a miles de habitantes de los sectores Rodelillo y cerro Los Placeres en Valparaíso, obligó a que se tuvieran que habilitar tres albergues para recibir a los damnificados.
Las escuelas Joaquín Edwards Bello en el sector de Rodelillo Alto y Paraguay en Placeres, más el polideportivo ubicado en el sector Tranque Seco han estado acogiendo a los pobladores, muchos de ellos que lo perdieron todo.
Pero no es la primera vez que deben pasar por una tragedia como esta. Así lo explicó a Emol el alcalde de la comuna, Jorge Castro, quien recordó que en 1994 las llamas también arrasaron con todo y dejaron a varios sin casa ni pertenencias.
"Hay una situación bastante crítica porque aún cuando el albergue no representa a todos los que sufrieron, hay una cantidad de niños que se han ido a casas de amigos. Aquí podemos ver los verdaderos dramas, insulinodependientes, muchos con jubilaciones bajas, que viven en toma, que lo perdieron todo", revela el edil.
Y dentro de todas las historias que hay en el albergue de la escuela Joaquín Edwards Bello, Castro resalta una. "Estamos viendo el caso de una familia, los Troncoso, que estaban realizando el velorio de una de sus integrantes. Con el incendio todos los familiares tuvieron que salir al albergue y dejaron aquí el ataúd, por lo que nosotros les propusimos que realizaran acá el velatorio", comentó.
"Casas que estaban absolutamente cerradas, ahorros de toda su vida sin opciones de salvar, lo más preciado que salvaron fue la vida", reflexionó el edil.
Por su parte, Marta López, encargada del albergue de la escuela Joaquín Edwards, explica que, en este momento, han recibido entre 25 a 40 personas, las que han llegado gracias a la ayuda de la PDI, Carabineros, Ejército de salvación y otros por su propia cuenta.
"Tenemos gente diabética, invalida, en sillas de ruedas, guaguas muy chicas y ancianos", relata la coordinadora municipal.
López destaca que gran parte de la ayuda que les ha llegado, bebidas, comida, leche, ropa, entre otras, ha sido entregada por personas particulares y de parte de los feriantes de Bellavista.
El albergue estará abierto toda la noche y para hacer ingreso hay asistentes sociales que llenan una hoja con los datos. Además hay un control del rut de cada uno de los que llegan para así asegurarse de que son damnificados del incendio.