Más de 8.500 réplicas han sucedido al terremoto de 8,8 Richter y tres han superado la magnitud 7,0.
José Infestas (Imagen sólo ilustrativa).SANTIAGO.- Pese a que han transcurrido tres años desde el terremoto de 8,8 Richter, la tierra no ha recobrado la calma en la zona central del país. Según los datos aportados por el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, más de 8.500 réplicas han sacudido a la zona entre el norte de la Región de O'Higgins y el sur del Biobío desde el 27 de febrero de 2010.
El periodo más álgido se produjo en los días inmediatamente después del terremoto. De hecho, en el mes de marzo de 2010 se llegaron a registrar un total de 1.644 temblores, en promedio uno cada media hora, en algún lugar de la zona central.
Tres años después, la sismicidad ha disminuido en esa área, registrándose en enero pasado un total de 96 sismos, en promedio tres al día –no todos perceptibles–. Sin embargo, pese a esta baja, la ocurrencia de movimientos telúricos sigue siendo muy superior a la que había antes del terremoto.
De acuerdo a los datos del Servicio Sismológico, en los últimos doce meses se han reportado un total de 1.120 sismos, cifra cerca de seis veces superior a los 189 temblores que se registraron en todo 2009 y que es considerada como una actividad sísmica "normal" para esa zona. Incluso ha habido meses cercanos, como noviembre de 2012, en que hubo 153 temblores, casi lo mismo que tiembla en todo un año "normal".
Geográficamente, las réplicas se han concentrado en las cercanías de Pichilemu, en la Sexta Región. Ese punto coincide con uno de los extremos (norte) de la zona de ruptura que provocó el megasismo y que –según los sismólogos– suelen concentrar la mayoría de las réplicas después de un terremoto.
Según explica el sismólogo Sergio Ruiz, del Servicio Sismológico de la U. de Chile, la cantidad de réplicas tras un terremoto va disminuyendo "gradualmente" y éstas pueden extenderse varios años mientras se sigue liberando energía.
En el caso de la zona central de Chile, afirma que el comportamiento de las réplicas y la liberación de energía "ha sido la normal" para después de un terremoto de magnitud 8,8 Richter. No obstante, prevé que éstas puedan continuar por al menos un par de años más antes de que se vuelva a alcanzar un nivel de sismicidad "normal".
"Al menos por los próximos dos años deberíamos tener un número 'significativo' de réplicas", afirma el experto. Sólo una vez que se recobre la sismicidad "normal", se podrá dejar de hablar de "réplicas" y serán se les denominará "sismos".
Se han registrado tres réplicas sobre 7,0 Richter y 29 sobre 6,0
De las 8.500 réplicas que se han registrado en la zona central después del 27/F, 29 han tenido magnitudes sobre 6,0 Richter y tres de ellas han superado los 7,0 Richter. Los tres eventos más grandes se han registrado con diferencias de cerca de un año y cada uno ha tenido su epicentro en una región distinta.
La primera de estas réplicas se produjo sólo trece días después del terremoto, el 11 de marzo de 2010. Tuvo una magnitud de 7,0 Richter y el epicentro estuvo frente a Pichilemu. Al año siguiente, el 2 de enero de 2011, se registró una de 7,1 Richter en el límite entre las regiones del Biobío y La Araucanía. La última gran réplica se produjo hace menos de un año, el 25 de marzo de 2012. También tuvo una magnitud de 7,1 Richter y su epicentro estuvo frente a Constitución.
Pese a que se han registrado tres sismos sobre 7,0 Richter y 29 sobre 6,0, el sismólogo Sergio Ruiz afirma que aún "no se puede descartar" que ocurra una réplica de mayor magnitud en la zona central de Chile. No obstante, explica que "a medida que pasa el tiempo, es más improbable que ocurra una réplica de gran magnitud".