Hijo de Bachelet habla de sus negocios y eventual candidatura de su madre

SANTIAGO.- Tras varios meses de ser protagonista de cuestionamientos en las redes sociales, debido a su aparentemente lujoso estilo der vida y por sus vínculos con empresas como Agrosuper, el hijo de la ex Presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, abordó estas controversias y reveló sus preocupaciones por las expectativas generadas ante un eventual nuevo gobierno de su madre.

En entrevista con la revista "Qué Pasa", Dávalos señaló que no habla de política con su progenitora, por lo que no sabe si finalmente ella aceptará ser candidata presidencial.

Pero en caso de que lo sea, espera que "tenga la base (de apoyo) más amplia posible, que tuviese voz la mayor cantidad de partidos, movimientos, ONGs y que se crease un mecanismo de participación ciudadana mucho más elaborado de lo que existe hoy".

No obstante, dijo que el hecho de "que la sigan queriendo me provoca una mezcla de sentimientos. Tengo sentimientos encontrados. Por una parte, me llena de orgullo, y por otro lado, me preocupa que la gente la vea como una salvadora cuando es una persona común y corriente. Es una persona que está dedicada al servicio público, siempre lo ha estado, que le gusta mucho trabajar con la gente y que le gusta ver los resultados".

Estilo de vida

En la entrevista con "Qué Pasa", Dávalos también aseguró que no se ha visto beneficiado por llevar el apellido Bachelet.

"La verdad es que me ha perjudicado y te puedo contar un montón de anécdotas", dijo. "Primero, porque nadie cree que uno trabaje como lo hacen todas las personas. En la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería (repartición a la que ingresó a fines de 2005) había gente a la que se les acercaban otras personas y preguntaban: ¿Trabaja o no hace nada?’. Todos creen que por ser hijo de la ex Presidenta uno es flojo y que está echado para atrás".

Y sobre el automóvil Lexus de 27 millones de pesos con asientos de cuero blanco que se la ha visto conduciendo, señaló: "Me llama la atención que eso llame la atención… El auto ni siquiera es mío, es de la empresa en la que trabajo. Yo no lo pagué".

Cuando se le insiste que el auto está a nombre de una sociedad en la que participa su esposa Natalia -Caval Limitada-  y que tiene otros tres Lexus más, agregó: "Son autos para uso de los directores y de los gerentes, nada más que eso, porque la empresa es una empresa de gestión, de negocios, que trabaja en inversiones".

Respecto de Caval Limitada, el hijo de Bachelet explicó que "es una empresa de gestión de negocios, funciona básicamente como una consultora. Es de un grupo de accionistas donde Natalia es una de ellas y yo trabajo en ella. Por un lado, desarrolla proyectos por encargo, y por otro lado, lo que hace es representar a empresas más chicas que a veces no pueden, por el tamaño o por falta de contactos, llegar a los mercados que les interesan, y eso pasa mucho en Chile. Nosotros tenemos un pool de empresas nacionales que tienen interés de meterse en mercados específicos y han tocado varias puertas y no los han tomado en cuenta". 

Finalmente, Sebastián Dávalos niega que realice gestiones de lobby y que efectivamente su esposa hizo una asesoría a Gonzalo Vial Concha, hijo del dueño de Agrosuper, y propietario del haras donde se casó con su actual pareja.

"Efectivamente, Natalia en algún momento le hizo una asesoría a Gonzalo Vial Concha y ellos tuvieron una muy buena relación profesional. Sobre la asesoría no te puedo responder, primero porque no tengo la claridad y segundo porque no tengo la facultad debido a cláusulas de confidencialidad en el contrato".

Asimismo, desmintió alguna relación con los permisos que obtuvo Agrosuper para levantar la cuestionada planta de Freirina.

"Caval Inversiones tiene un poco más de un año de antigüedad y los permisos en Freirina se deben haber gestionado con bastante antelación. Caval Inversiones no tiene nada que ver con Agrosuper y yo, Sebastián Dávalos, nunca he tenido nada que ver con Agrosuper, no conozco a Gonzalo Vial Vial y, es más, ni siquiera sabía dónde estaba ubicado Freirina en el mapa hasta que estalló el conflicto", aclaró.