Ex rector de U. del Mar: Pude haber hecho las cosas de otra manera

SANTIAGO.- Gastos excesivos en viajes al extranjero, lujosas viviendas en el litoral central y millonarias cuentas telefónicas a nombre ex directores de la Universidad del Mar, entidad que fue cerrada por las autoridades en diciembre pasado, tras detectarse serias irregularidades en su funcionamiento.

Entre las anomalías económicas detectadas se cuentan la existencia de una residencia de grandes dimensiones en Reñaca, en el litoral central, ocupada por el ex rector Héctor Zúñiga, quien actualmente cumple reclusión domiciliaria.

La casa, que figuraba a nombre de la universidad, tiene 7 mil metros cuadrados de terreno, de ellos más de mil construidos y avaluada en más de 600 millones de pesos . Su arriendo vale más de 6 millones de pesos mensuales y cuenta con 12 estacionamientos, 3 pisos, 10 habitaciones, jacuzzi y piscina, según una investigación del programa "Esto no tiene nombre" de TVN.

Las irregularidades también incluyen el pago de cuentas telefónicas a parientes de funcionarios del cerrado plantel que ascendían a $297.121 y el pago de sobreprecios en viajes al extranjero a una agencia de viajes que también figura a nombre de ex directivos.

Además, se descubrieron contratos de la institución por los dos hijos y dos hermanos de Zúñiga por los que se llegó a pagar una planilla de 10 millones. Asimismo, entre los 4 hijos de Raúl Baeza más de 14 millones y algunas de las esposas más de 6 millones de pesos sin que se supiera en qué trabajaban.

Zúñiga, confrontado con los antecedentes, insistió en que no había existido lucro en las actividades de los directivos de la Universidad del Mar.

"Asumo que si yo hubiera hecho las cosas de otra manera no hubieran estado en la situación que están", explicó el ex directivo.

"No hubo lucro en la U. del Mar. No hemos creado un sistema de negocios, buscamos la forma de tener una universidad con educación e instalaciones dignas para los alumnos", añadió.

Al ser consultado sobre la existencia de propiedades a nombre de la casa de estudios en manos de sus antiguos directivos, declaró que la causa residía "en que los bancos no daban créditos a las entidades de educación. Por eso las universidades crearon inmobiliarias".

En cuanto al cierre, consideró que el gobierno "generó una solución política que perfectamente pudo haber sido diferente para resolver un problema general de todo el sistema educacional en el tema del lucro. El Estado asfixió e impidió que se pagaran los campos clínicos, a los profesores, con todo eso asfixiaron la universidad".

Asimismo, el presidente de la junta directiva de la institución, Mauricio Villaseñor, admitió la existencia de "irresponsabilidades" que corresponden "a la gestión de la mesa directiva, del rector y de todas las autoridades".