Se decomisó un equivalente a 320 mil dosis.
UPISANTIAGO.- Luego de dos meses de investigación, detectives de la Brigada Antinarcóticos de la PDI y la fiscalía Metropolitana-Sur desarticularon a una banda chileno-boliviana que se dedicaba a internar cocaína líquida mediante un novedoso método al país.
De acuerdo al subprefecto Iván Villanueva, los imputados -dos nacionales y uno extranjero- ocultaban la droga en botellas y la hacían pasar por agua saborizada, cuyo color y consistencia era igual a la bebida original.
Según explicó, el estupefaciente era internada a Chile por pasos no habilitados, donde era recogida por dos chilenos, los que posteriormente la trrasladaban a Santiago en bus, haciéndose pasar por turistas.
Una vez en la capital, eran recibidos por el ciudadano boliviano, que además es el químico encargado de extraer la droga del líquido y transformarla en sólida, con el fin de comercializarla.
Los chilenos fueron identificados como Richard Reyes González (44) y Alfredo Segovia Gallegos (50), mientras que el altiplánico es Gilberto Sanguino Chávez (44).
Sus arrestos ocurrieron pasadas las 16:00 horas de ayer en el terminal San Borja, donde el boliviano fue a recibir a los supuestos turistas para luego trasladarlos hasta su laboratorio clandestino, en el sector sur de la capital y cuyo paradero sigue bajo investigación.
El fiscal a cargo del caso, Héctor Barros, calificó de novedosa la técnica de ocultamiento, lo que indica "que (los narcotraficantes) se han especializado en someter la droga a procesos químicos. La persona que hizo esto tiene amplio conocimiento en química".
En el operativo, los detectives incautaron seis kilos 752 gramos de cocaína líquida y 1,8 kilos de la misma droga en estado sólido, la que venía oculta en cuatro latas de bebida y un tarro de papas fritas.
Lo decomisado equivale a 320 mil dosis, avaluadas en 170 millones de pesos en caso de haber sido comercializada en el mercado ilegal. Los imputados serán formalizados durante la jornada.