En el primer trimestre de 2013, los robos de cajeros automáticos disminuyeron un 65,8% en la capital, respecto del mismo periodo del año anterior.
El MercurioSANTIAGO.- Fue el delito que dio más dolores de cabeza a las policías en el último tiempo. El método parecía dominado por los delincuentes, quienes de ser sorprendidos recibían además condenas irrisorias. Se trata de los robos de cajeros automáticos, que durante los últimos cinco años se convirtieron en el ilícito de moda entre la bandas delictuales, principalmente en la Región Metropolitana.
Pero la tendencia parece estar revirtiéndose. Según reveló un informe del Departamento OS-9 de Carabineros, al que tuvo acceso Emol, este año por primera se constató una baja de este tipo de delito. En el primer trimestre de 2013, éstos disminuyeron un 65,8% en la capital, respecto del mismo periodo de 2012.
De acuerdo al informe, elaborado por la Sección de Inteligencia Criminal de la unidad especializada, en el primer trimestre de 2012 se perpetraron un total de 149 ataques a dispensadores, mientras que en lo que va del año, la cifra bajó a 51. El mes más bajo fue febrero, cuando se produjeron sólo 13 robos.
Menos dinero repartido entre muchos
Todo parece indicar que el robo de cajeros automáticos dejó de ser un buen negocio para los delincuentes. Según explicó el capitán César Figueroa Porras, de la unidad de Inteligencia Criminal, gracias a las medidas adoptadas por la justicia, la policía y los propios bancos, los antisociales se fueron dando cuenta de que esta práctica ya no les resultaba rentable.
Esto debido a que el proceso previo al robo "involucra un alto costo de logística", ya que deben reclutar miembros para conformar una banda de entre 5 y 6 sujetos y robar un automóvil, delito que vio aumentada sus penas en el último tiempo.
A esto se suman las nuevas medidas de seguridad que implementó la banca, como el empotramiento y blindaje de las máquinas –lo que hace más difícil concretar el robo–, y la recarga de los cajeros con menos billetes, por lo que en caso de cometer el robo, el botín ya no es tan alto como antes.
"En ese delito participan como mínimo cinco a seis sujetos y tienen que repartirse el dinero robado. Hoy en día los cajeros no están cargados con grandes sumas de dinero como era antes y muchas veces las bandas obtienen un bajo monto. Por lo general, se encuentran con 200 y 300 mil pesos", sostiene el capitán.
También hay que tomar en cuenta el aumento de las penas para quienes cometan este delito, que pasó de tres a cinco años de presidio. "Por lo tanto, es mucho lo que arriesgan versus el dinero que puedan captar al sustraer el cajero. Eso, si es que el robo es exitoso", acota el capitán Figueroa.
Contribuyeron además los nuevos servicios focalizados que implementó Carabineros para efectuar vigilancia de los dispensadores, en base a las mesas de trabajo lideradas por el subsecretario de Prevención del Delito, Cristóbal Lira, en que participaron todos los actores involucrados en el tema.
Cambio de "rubro"
Una consecuencia indeseada de este fenómeno es que las bandas delictuales comenzaron a cometer otro tipo de delitos que les puedan dejar mayores ganancias o sean menos riesgosos.
De acuerdo a fuentes vinculadas a estas investigaciones, en varios casos de asaltos a vehículos de transportes valores se ha detectado que entre los involucrados hay delincuentes que presentan antecedentes por robo de cajeros automáticos.
Incluso algunos de estos ataques han tenido la particularidad de que se producen en momentos en que los funcionarios llegan con el dinero para cargar los cajeros automáticos. O sea, si antes robaban los dispensadores, ahora tratan de adelantarse.
Otro ilícito al que han derivado los ex ladrones de cajeros es el robo de camiones con especies. Esto les resulta más conveniente, ya que las bandas no se separan y lo sustraído puede ser reducido fácilmente en el mercado informal.