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Secta que incineró a bebé: Mañana serán formalizados los miembros que se entregaron

Hoy se controló la detención de Pablo Undurraga y Carolina Vargas. Fiscalía busca a más implicados en la agrupación, mientras Interpol Perú rastrea el paradero del líder Ramón Castillo.

28 de Abril de 2013 | 12:15 | Por Francisco Águila V., Emol

SANTIAGO.- Mañana serán formalizados los dos integrantes de la secta que en noviembre pasado incineró a un niño recién nacido en medio de un ritual y que en la tarde de ayer se entregaron en las dependencias de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE), en la capital.


Así lo señaló a Emol el fiscal Carlos Parra, quien tomó el caso luego de que el persecutor titular de la causa, Juan Emilio Gatica, iniciara su periodo de vacaciones.


El fiscal sostuvo que hoy Pablo Undurraga Atria y Carolina Vargas San Martín serán llevados a un tribunal de garantía capitalino, donde se controló su detención, para después ser derivados hasta Quilpué donde serán formalizados por el delito de homicidio calificado.


En tanto, los efectivos de la BIPE continúan con la búsqueda de más implicados en la secta, ya que existan más miembros de la agrupación liderada por Ramón Castillo Gaete (35), quien se hacía llamar "Antares de la Luz".


"No se descarta que haya más involucrados, pero no necesariamente en el hecho en investigación, porque hasta el momento tendríamos acotada la cantidad de personas que participaron en el homicidio", aseguró Parra.


Respecto de búsqueda que se realiza en Perú de Castillo Gaete, sostuvo que hasta ahora la única información que se tiene es que él estaría en la zona de El Cusco.


En esa línea, sostuvo que en el Servicio Médico Legal se continúan realizando los peritajes al trozo de hueso encontrado en el fundo "Los Culenes", con el fin de verificar si se pueden obtener muestras de ADN para que cuando Castillo sea detenido, se le practique un examen para verificar su paternidad.


Esto servirá a los persecutores para determinar si será formalizado por el delito de parricidio, en caso de confirmarse que es el progenitor del lactante incinerado, por lo que arriesga entre 15 años de presidio y cadena perpetua.


En caso contrario, será imputado por el ilícito de homicidio calificado, arriesgando entre 10 años de encierro hasta, también, la pena máxima.

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