El próximo 3 de junio Karina Sepúlveda deberá enfrentar un nuevo juicio por parricidio.
El MercurioSANTIAGO.- El Tribunal Oral en Lo Penal de Puente Alto rechazó otorgar el arresto domiciliario parcial a Karina Sepúlveda, la mujer que fue acusada de asesinar a su conviviente en octubre de 2011 y que fue absuelta en enero pasado.
Esto, luego que la Fiscalía Metropolitana Sur solicitara dicha medida cautelar para la imputada, quien deberá enfrentar un nuevo juicio por orden de la Corte de Apelaciones que anuló el fallo que la dejó libre de todos los cargos.
Con esto, Sepúlveda podrá continuar en libertad y sólo con arraigo nacional hasta el próximo 3 de junio, cuando comience un nuevo proceso judicial en su contra.
La mujer fue absuelta luego que las juezas Azenet Aguilar, Ana Gatica y Gloria Canales estimaran que si bien se acreditó la existencia del hecho, éste se enmarcó en un contexto de violencia intrafamiliar del que era víctima la imputada desde hace 18 años y por lo mismo, Sepúlveda -quien permaneció 15 meses en prisión preventiva- carecía de responsabilidad penal.
Sin embargo, la Corte de apelaciones anuló dicha sentencia tras acoger un recurso presentado por el Ministerio Público, ordenando la realización de un nuevo juicio.
Los hechos
De acuerdo a los antecedentes del hecho, la mañana del 17 de octubre de 2011 Karina Sepúlveda Cisternas terminó con la vida de Claudio Reyes Carrasco (38) debido a los constantes golpes que éste le habría propinado durante los años que estuvieron juntos.
La mujer esperó a que el padre de sus tres hijos estuviera dormido, para dispararle en la cabeza.
Según confesó a Carabineros tras el crimen, el asesinato ocurrió pasadas las 08.30 de la mañana, horas después de haber mantenido una discusión al interior de su vivienda ubicada en Puente Alto, donde vivían desde hace seis meses.
Tras balear a su pareja, Sepúlveda llamó al 133 para dar cuenta de lo sucedido a la policía, que inmediatamente se trasladó hasta la vivienda.
Allí, la mujer explicó que había tomado un arma que Reyes Carrasco tenía debajo de su almohada.