El caso protagonizado por Ramón Castillo causó conmoción cuando se comprobó que un bebé había sido incinerado durante un ritual ordenado por ''Antares de la Luz''.
EFESANTIAGO.- "Quiero pedir perdón a todos los chilenos, en nombre de Dios, por este acto terrible cometido por mi sobrino, de todo corazón", afirmó Gustavo Gaete, tío de Ramón Castillo, conocido como "Antares de la Luz", en representación de la familia del joven.
El familiar de quien protagonizó uno de los casos policiales más espeluznantes conocidos en el país, en el que un bebé fue incinerado durante un ritual, insistió en que sus parientes nunca sospecharon las actividades de su sobrino, durante una entrevista concedida al noticiario "24 Horas Central" de TVN.
También entregó detalles sobre los cambios que observaron en su comportamiento.
Al tratar de explicar los motivos que pudieron estar detrás de la conducta del joven, hizo notar la influencia que tuvo el consumo de drogas sobre él.
"Ahí está la clave. Como me lo dijeron en Perú, fue la ayahuasca", enfatizó.
Gaete viajó la semana pasada a Cusco para traer de vuelta a Chile el cuerpo del líder de la secta de Colliguay, quien se suicidó en una vivienda abandonada de esa ciudad peruana luego de escapar durante varios días de la policía.
"Seres" que se meten en el cuerpo
El tío de Ramón Castillo reiteró que el joven vivió una infancia y adolescencia absolutamente normales.
"En Peñalolén tenía dos grupos. Uno eran los de la avenida Peñalolén, los de la toma, y otros el grupo de amigos de él, de la villa. Era fanático de la U", relató.
"Era como cualquier muchacho. Nosotros tratábamos de influir para que estudiara y fuera útil para la sociedad", añadió.
El joven pronto desarrolló su interés artístico. "Le pasaron una guitarra a los cinco años y nunca más la soltó", señaló. "Comenzó a estudiar música y hasta ahí, todo bien".
Al mismo tiempo, comenzó a sentir atracción por la meditación y otras técnicas alternativas. "Le pregunté, como cualquier tío, qué estaba haciendo. Él me comentó que hacía sanaciones y me dijo que había 'seres' que 'se nos metían en el cuerpo', lo que me sorprendió", señaló.
También notó cambios en su conducta. "Un día me explicó: 'Tío, ya no me puede decir Ramón. Ahora me tiene que decir Antares'. Y después me dijo que no lo podía tocar", rememoró.
Con el tiempo, sus familiares comenzaron a conocer personas quienes habían sido "sanadas" por su sobrino. "Andaba mucha gente feliz, fascinada. Gente que se había hecho reiki o que habían escuchado meditación. Nadie decía que era algo malo. Decían que este muchacho era fantástico", aseguró.
Por eso, admitió que los familiares dejaron de preocuparse "por lo que estaba haciendo Ramón. Pensamos que estaba haciendo cosas buenas, y si era la decisión que él tomó, teníamos que dejarlo ser lo que quería ser".
No obstante, las afirmaciones de su sobrino se hicieron cada vez más extrañas.
"Ramón dijo que se había ido a un cerro y que se quedó allí dos años, llueva, truene o relampaguee, para meditar. Dijo que había meditado dos años arriba del cerro", reveló.
"Después de esos dos años, Ramón baja del cerro y comenzó a buscar a sus seguidores", agregó.
El tío de Castillo insistió en que la familia nunca sospechó las actividades que llevó a cabo en la secta quien luego sería conocido como "Antares". "Para nosotros, esto estaba fuera de toda posibilidad de que sucediera", declaró.
Tras conocer el desenlace de la trágica historia de su sobrino, dijo que tras la petición de perdón en nombre de sus parientes, la familia quiere "dar vuelta la página" sobre el caso.
Sin embargo, Gaete -quien es escritor- reveló que prepara un libro que llamará "Conversaciones con el Diablo".
"El Diablo me va a tener que dar cuenta de qué le hizo a mi sobrino y se las tendrá que arreglar conmigo", aseguró.