SANTIAGO.- "Nos parece lamentable que por una muy estrecha votación de dos votos no se haya aprobado esta iniciativa", señaló este miércoles el ministro de Salud, Jaime Mañalich, sobre el rechazo de la Cámara de Diputados a la posibilidad de venta de fármacos que no requieren receta en recintos comerciales que no sean farmacias.
El secretario de Estado insistió en que el Gobierno considera que esta iniciativa es "crucial" para que las personas "tengan aún mejor acceso" a los medicamentos que necesitan.
El secretario de Estado acusó que durante la tramitación del proyecto existió presión de empresas de la industria farmacéutica sobre parlamentarios.
"Hubo una presión gigantesca", declaró. "Estoy seguro de que esta información va a aparecer en los medios de comunicación en los próximos días".
"Se van a saber" los nombres de parlamentarios relacionados con el tema, añadió.
"Son varios y es un asunto transversal. Piense que esta indicación de fármacos en supermercados fue votada transversalmente tanto en contra como a favor y se perdió por solo dos votos", insistió.
Al mismo tiempo, consideró "un infortunio, que espero encontremos la manera de corregir", que la Cámara Baja decidiera no dar su asentimiento a este aspecto del proyecto de Ley Nacional de Fármacos.
Mañalich descartó que la comercialización fuera de las farmacias derive en un aumento de intoxicaciones. "Nuestras evaluaciones indican que este problema no aumentaría, sino que incluso disminuiría" con la aplicación de la idea contenida en el proyecto, recalcó.
El secretario de Estado reveló que el Gobierno analiza qué decisión adoptará durante los siguientes pasos de la tramitación del proyecto en el Senado y, eventualmente, en una comisión mixta.
"Para el gobierno y el ministerio de Salud, tratar de sacar adelante este tema es algo muy relevante, pero no puedo adelantar cuál podría ser la forma en que podríamos hacerlo", señaló.
Libertad de pacientes al comprar
No obstante, Mañalich resaltó que la norma, tal como fue aprobada por la Cámara, consiente en que los medicamentos que no se venden con receta médica se expendan en góndolas dentro de las farmacias, lo que permite a los consumidores elegir estos productos libremente.
"Se ha hecho un gran negocio por las cadenas farmacéuticas con la venta de medicamentos de marca o fabricación propia que no requieren receta médica", declaró.
"En la medida que tenemos estos medicamentos en las góndolas, los pacientes pueden buscar la caja, no necesariamente con el medicamento dentro, por razones de seguridad, con el precio marcado en ella, para que reciba su compra sin que nadie interfiera con su voluntado o lo haga adquirir uno más caro", recalcó.
En otro plano, deploró que la Cámara Baja no diera asentimiento a la propuesta que establece que los médicos deban anotar el nombre del medicamento con su nombre genérico en la receta que expende al paciente.
"Lo que nosotros insistimos es que exista la obligación de informar a los pacientes que bajo un nombre de fantasía hay tal o cual elemento genérico, con su nombre en denominación común internacional", recalcó.
"En ese sentido, la votación hoy día en la Cámara de diputados la veo como un pequeño traspié, porque estoy seguro de que este tema será repuesto en el Senado" en este aspecto, agregó.
Bajo costo en medicamentos
El titular de Salud destacó que con la nueva norma consagra el concepto de bioequivalencia (medicamentos con diferentes orígenes de fabricación pero con igual principio activo, entre otros parámetros) y establece que el Instituto de Salud Pública (ISP) adquiere potestad para vigilar fármacos e insumos médicos, entre ellos marcapasos y alimentos de usos farmacéuticos.
En este marco, se permitirá el intercambio de medicamentos que tengan bioequivalencia certificada, que actualmente son 160 y a fines de septiembre se elevarán a 250. Los de menor valor tienen un costo equivalente a una fracción menor del que alcanzan los de marca original.
También se prohibe la práctica conocida como "canela", en la que los dependientes de las farmacias y los profesionales que prescriben medicamentos reciban estímulos que los incentiven a privilegiar determinadas marcas.