SANTIAGO.- Enrique Orellana, gerente de Estrategia y Comunicación de Política Monetaria del Banco Central cuya condena por abusos
fue anulada por la Corte Suprema, insistió en que las acusaciones en su contra fueron fraguadas por su ex mujer.
El ejecutivo
fue puesto en libertad luego de la decisión adoptada por el máximo tribunal el lunes pasado, basada en que el ingreso de peritajes fuera del plazo de investigación vulneró su derecho a la defensa.
Un tercer juicio se llevará a cabo en agosto próximo.
Orellana, quien fue acusado de atentar contra sus tres hijas, descartó de plano las afirmaciones en su contra.
"Soy absolutamente inocente. Jamás las he tocado, jamás las he dañado", reiteró, en una entrevista concedida al noticiario "Tele13" de Canal 13.
"De mis tres hijas, la menor tiene un testimonio que es absolutamente inducido en el Servicio Médico Legal. Incluso el tribunal que me condenó a 60 años reconoce en la sentencia que ese testimonio es inducido y lo descarta", afirmó.
Añadió que su segunda hija fue objeto de un examen de credibilidad por una psicóloga de Carabineros, el que no arrojó ningún relato de contenido sexual.
Del mismo modo, agregó, "mi hija mayor tiene un relato que ha ido variando en el tiempo de una forma impresionante".
Recordó que en el primer juicio en su contra "se me absolvió con las mismas pruebas".
Durante las audiencias, el ejecutivo del Banco Central ha declarado que fue víctima
de hostigamiento por parte de su ex esposa, Yamile Caba, quien, según él, habría inventado las acusaciones impulsada por celos.
"Que esta infamia se termine"
En cuanto a su vinculación actual con las niñas, Orellana admitió que no las ha visto desde hace casi tres años.
"No sé absolutamente nada de ellas. No sé dónde están o si van al colegio y las he visto de espaldas en los juicios", relató.
"Mis hijas siempre fueron mi razón de vivir. Las amo profundamente hasta el día de hoy", agregó.
"En medio de toda esta barbaridad, de este crimen que mi ex mujer ha cometido, ellas están al cuidado de una persona que ha sido totalmente incapaz de preocuparse de la salud mental de mis hijas", aseveró.
Orellana dijo que
se siente tranquilo en cuanto a que que los procesos en su contra terminarán por declarar su inocencia, y calificó como "un infierno" lo que ha vivido hasta ahora.
"Espero que de una vez por toda esta infamia que esta mujer ha cometido se termine y que ella, de una vez por todas, sea capaz de decir la verdad", enfatizó.