Pablo Undurraga llevó a control al lactante horas antes de ser sacrificado por Ramón Castillo.
El MercurioSANTIAGO.- La muerte de un lactante en un ritual sectario realizado en Colliguay se trató de un parricidio. Así se logró establecer tras un informe entregado por la Clínica Reñaca al Ministerio Público, en el marco de las indagatorias encabezada por el fiscal jefe de Quilpué, Juan Emilio Gatica.
Según aseguró a Emol, dichas pericias determinaron que el día 23 de noviembre de 2012, Pablo Undurraga y Carlina Vargas -ambos imputados en la causa y seguidores de Ramón Castillo, alias "Antares de la Luz"- controlaron al menor 24 horas después del alta médica, es decir, el día 23 de noviembre de 2012.
"Con esto queda claro que la muerte de la guagua se produce con posterioridad a las 48 horas de nacida, por lo que se descarta completamente que se haya tratado de un hecho de infanticidio", recalcó el perseguidor.
De acuerdo a los antecedentes, el lactante nació a las 06:30 horas del 21 de noviembre y fue bautizado por su madre, Natalia Guerra, con el nombre de Jesús Guerra Guerra.
Según consta en la declaración de la mujer –a la que tuvo acceso este medio- al día siguiente le dieron el alta médica y "al salir de la clínica, me entregaron el certificado de parto que debía llevar al Servicio del Registro Civil para realizar la inscripción, pero se supone que ese no era el plan",
"Carolina (Vargas) se quedó con el certificado y ella se encargó de todo", relató.
La defensa de Natalia Guerra, madre del menor, había levantado la duda respecto a que el hecho se trataría de un delito de infanticidio, cuya pena es menor a la asignada a quienes son castigados por parricidio, figura por la que el Ministerio Público buscar acusar a la joven diseñadora.
Hoy, en tanto, se formalizó a Francisca Ceroni, quien fue imputada por el delito de homicidio calificado en calidad de encubridora.