Cámara aprueba proyecto que aumenta exigencias para que jardines infantiles puedan funcionar

SANTIAGO.- Por amplia mayoría, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que reestructura y establece un nuevo marco regulatorio para la educación parvularia en Chile.

La iniciativa –que fue enviada por el Ejecutivo y ahora pasará al Senado– establece mayores exigencias para que los jardines infantiles y salas cuna puedan funcionar.

Así, para que un establecimiento de ese tipo pueda comenzar a funcionar debe contar con una autorización obligatoria que debe ser entregada por el Ministerio de Educación.

Actualmente, sólo basta con tener la patente municipal para poder abrir un jardín infantil o una sala cuna. Para obtenerla, los establecimientos no requieren cumplir requisitos mínimos de funcionamiento, sino que las exigencias sólo se basan en infraestructura y condiciones sanitarias, que varían según la comuna.

Por eso, esta iniciativa busca crear estándares mínimos de calidad y seguridad aplicables a todos los establecimientos de ese tipo.

De acuerdo a la nueva regulación, el establecimiento deberá contar con un proyecto educativo y con personal idóneo y suficiente para poder trabajar con los niños.

También debe tener un reglamento interno, que incorpore políticas de prevención y protocolos de acción frente a situaciones que representen algún riesgo para la seguridad y convivencia de los niños, como abusos sexuales y maltrato infantil.

Además el dueño o administrador de un jardín infantil o sala cuna no podrá haber sido condenado por crimen, tráfico ilícito de estupefacientes ni pedofilia.

Junto a esto, el proyecto de ley traspasa la labor fiscalizadora de estos recintos –que actualmente realiza la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI)– a la Superintendencia de Educación Escolar, que será la entidad encargada de hacer cumplir los requisitos para entregar la autorización de funcionamiento y aplicar sanciones en caso de incumplimiento. Éstas pueden ir desde una amonestación hasta la cancelación de la autorización e inhabilidad del sostenedor.

Con este cambio, se termina con la doble función que cumplía la Junji como juez y parte, y fortalece su función como proveedor de educación parvularia.

La ministra de Educación, Carolina Schmidt, destacó la aprobación del proyecto en la Cámara y remarcó que "hoy en nuestro país más fácil abrir un jardín infantil que una botillería, esto no puede ser". "Necesitamos un marco regulatorio que nos dé seguridad a las madres y las familias que cuando enviamos a nuestros niños a un jardín o sala cuna, ellos van a estar bien", afirmó.

La aprobación de esta iniciativa se suma a la aprobación ayer de la reforma constitucional que establece el acceso universal y gratuito a la educación parvularia desde los 3 años de edad y el kínder obligatorio.