Ramón Castillo, autodenominado ''Antares de la Luz''.
La SegundaSANTIAGO.- Horas previas al 21 de diciembre pasado, Ramón Castillo -el líder de la secta de Colliguay investigada por el sacrificio de un lactante- develó a sus seguidores haber recibido un nuevo mensaje de su "ser interno" sobre la reprogramación del fin del mundo.
Según se desprende de las declaraciones de algunos de sus discípulos -actualmente imputados por el sacrificio de un lactante de dos días- el profesor de música autodenominado "Antares de la Luz" les informó que la destrucción del mundo ocurriría el 21 de diciembre de 2017, y por lo mismo, deberían trasladarse hasta Ecuador para esperar allí la tragedia.
La "revelación", cuentan, ocurre en el cerro Colliguay, donde la comunidad de Castillo se instaló para compartir durante los días previos a la "catástrofe".
¿La razón? La certeza respecto a que no ocurriría ningún cambio y que comenzó a ser percibido por el resto de los miembros de la comunidad.
Semanas antes, el grupo había improvisado un campamento donde a partir del 1 de diciembre el "maestro" comenzó a beber ayahuasca dando a inicio a las ceremonias que a diario se realizaron hasta el 21 del mismo mes, rito en el que además todos debían vestir de color calipso.
El resto, agregan, inició la toma el día 11, lo que provocó un estado de completa alteración de conciencia y voluntad.
Según se ha establecido en la investigación -a cargo del fiscal de Quilpué Juan Emilio Gatica- durante ese periodo acompañaron a Castillo la madre del menor, Natalia Guerra, además de Pablo Undurraga, David Pastén, Carolina Vargas, María del Pilar Álvarez, Karla Franchy, Josefina López y Francisca Ceroni.
Todos actualmente en prisión preventiva menos esta última, a quien sólo se le imputó el delito de encubridora.
Al no cumplirse la profecía, relatan, los primeros en abandonar el grupo fueron Undurraga y Vargas, asumiendo Pastén como nueva mano derecha de "Antares".
La partida del principal sostenedor de la comunidad derivó en los problemas económicos de la agrupación, obligándolos a abandonar la parcela de Mantagua y arrendar una más precaria en San Francisco de Mostazal.
Allí permanecieron hasta febrero, fecha en que la comunidad se desintegró y su líder huyó a Perú, donde tres meses después se suicidó.
Imputados solicitan declarar en Fiscalía
En el marco de la investigación, varios de los imputados por la muerte del menor han solicitado declarar ante el fiscal Gatica para entregar su versión de los hechos.
Hasta hoy, sólo lo ha hecho Karla Franchy, y se espera que en las próximas semanas lo haga Pablo Undurraga y Natalia Guerra.
Ante la policía, en tanto, sólo atestiguaron Álvarez, Pastén y Guerra previo a su detención.