El sacerdote John O´Reilly junto a su abogado, Luis Hermosilla.
Mauricio Pérez, El MercurioSANTIAGO.- Tras casi ocho horas de tensa audiencia, el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago rechazó dejar en prisión preventiva al sacerdote John O'Reilly, quien fue formalizado este martes por abuso sexual en carácter de reiterado en relación a dos víctimas, hermanas y ex alumnas del Colegio Cumbres.
Esto, luego que la jueza Andrea Díaz-Muñoz -la misma que en tres oportunidades decretó la libertad para la pareja de auxiliares del Colegio Apoquindo acusada de abusos y violaciones- estimara que las pruebas presentadas en primera instancia por el Ministerio Público y la parte querellante no fueron suficientes para acreditar la existencia de los delitos y la responsabilidad del sacerdote en los hechos imputados por la Fiscalía Oriente, cuestionando además la objetividad de esta última al omitir párrafos -a su juicio- importantes para la decisión del tribunal.
Tampoco acreditó los relatos de las menores por considerar que estos no fueron espontáneos e incluso no se evidencia temor ante el imputado, sino más bien la existencia de cierta estimación por parte la presunta víctima hacia el supuesto victimario.
En la instancia, la magistrada advirtió que existen contradicciones entre los informes de las psicólogas que diagnosticaron los presuntos abusos.
También desestimó que la menor en cuestión haya recibido regalos de parte del sacerdote como recompensa ante los ilícitos, enfatizando que la menor en la entrevista dada al Cavas no evidencia temor ni conductas asociadas a abusos sexuales.
El tribunal, por tanto, acogió los argumentos expuestos por la defensa -encabezada por el abogado Luis Hermosilla- quien se basó en la problemática personalidad de la principal víctima, de inicial J, producto de su condición de trilliza y única mujer.
Con esto, la jueza determinó no otorgar medidas cautelares al sacerdote y fijó un plazo de investigación de 120 días.
A la salida de la audiencia, cerca de las 20:05 horas, O'Reilly fue saludado por integrantes de los Legionarios de Cristo y simpatizantes del sacerdote, quienes insistieron en su inocencia.
Cuestionamientos a Fiscalía
En la audiencia, Hermosilla criticó a la familia de las menores en su formación y cuestionó el trabajo del ente persecutor explicando que tanto en la denuncia como en la investigación existe sesgo, recalcando que no se han buscado pruebas para sostener la ocurrencia de los hechos, sino sólo para "encarcelar al señor O'Reilly".
En sus descargos, Hermosilla describió a la madre de las menores supuestamente agredidas como una mujer aprehensiva que en oportunidades llegaba hasta el colegio para darle el almuerzo a las niñas.
Argumentó que la niña "J" tenía cambios de personalidad, era violenta, no tenía amigos y en ocasiones incluso golpeaba a sus compañeras.
El defensor también desestimó los relatos prestados por las víctimas y enfatizó que su representado -que también se desempeñaba como asesor espiritual- no tenía oficina en el colegio, contradiciendo de esta manera la hipótesis del Ministerio Público que estableció que los hechos habrían ocurrido en oficinas de administración y en la capilla del establecimiento.
Por todo lo anterior, Hermosilla enfatizó su intención de llegar a juicio oral para demostrar las contradicciones de las evidencias y la inocencia del capellán.
Fiscalía exhibe relatos clave de las víctimas
Por su parte, la Fiscalía exhibió videos con los relatos de la dos presuntas víctimas, donde las mismas detallan los juegos de connotación sexual que hacían con el sacerdote consistentes en la introducción de dulces el interior de sus pantalones, los que luego debían bajarse para encontrarlos.
Además, se leyeron diversas declaraciones de apoderados y profesoras, quienes aseguraron que la menor de las hermanas constantemente estaba acompañada del capellán y que incluso lo anterior era mal visto por el resto de los apoderados, sobretodo por la madre de las niñas, quien prohibió que el religioso retirara de la sala a su hija de inicial J en horario de clases y la llevara hasta la capilla.
Asimismo, se leyeron los informes de credibilidad del relato de las menores, que indicaron que los testimonios fueron vividos y son completamente reales.
El querellante José Ignacio Escobar también presentó un informe psicológico al que fue sometido O'Reilly que concluyó que el imputado tenía baja autoestima, una conducta narcisista e inmadurez sexual e infantil.
También intentó basar su solicitud de prisión preventiva en las redes de contactos con que cuenta el sacerdote, aludiendo a la publicación de apoyo aparecida el domingo en la prensa firmada por 1084 personas, la mayoría importantes empresarios.
Lo anterior le costó una amonestación por parte del tribunal, que estimó que dicho antecedente violaba el principio de objetividad y atentaba contra quienes firmaron dicho escrito creyendo en la inocencia del imputado.