Joaquín Lavín.
La SegundaSANTIAGO.- Joaquín Lavín no alcanzó a despercudirse de la bajada de su amigo Pablo Longueira de la carrera a La Moneda cuando ya estaba convertido de nuevo en generalísimo de campaña, pero esta vez de Evelyn Matthei. No alcanzó ni a hacer las maletas.
Ahora, en el comando de calle Suecia, justo frente a la sede de la UDI, muestra el lugar como si fuera su casa. "Aquí estamos arreglando todavía -dice con algo de pudor ante una sala recién pintada-, allá estarán nuestros periodistas, ahí los encargados del tema digital", dice en entrevista con El Mercurio.
No ha sido fácil. La candidatura ha enfrentado críticas de los propios parlamentarios de la Alianza -dicen que hay poco diálogo y falta de mística- y se topó con una encuesta CEP que ante la pregunta "¿quién le gustaría a usted que fuera la o el próximo Presidente de Chile?" dio a Matthei un 12% frente a un 44% de Bachelet. Claro que se apresura en decir que la medición que hizo el Centro de Estudios Públicos fue una "total irresponsabilidad".
-¿Qué le responde a los que dicen que la campaña de Evelyn Matthei está estancada y que le falta mística?
-Lo primero que me gustaría decir es que la verdadera campaña empieza a la vuelta del 18. Y, al contrario, creo que la Evelyn ha traído oxígeno y vitalidad a una elección que la mayor parte del sector daba por perdida de antemano. Hoy existe certeza total de que vamos a tener segunda vuelta y de que Evelyn es la más competitiva de los candidatos presidenciales que hemos tenido. El tercer candidato resultó ser el más competitivo de todos, esencialmente por la personalidad de Evelyn, que va más allá de la derecha tradicional. A la vuelta del 18 comienza la campaña de igual a igual con Bachelet. Y nos estamos preparando para eso.
-Sin embargo, en estos días han surgido, incluso en los propios jefes de bancada de RN y la UDI, cuestionamientos respecto de que habría escasa coordinación con los parlamentarios. ¿Se siente responsable por alguna de esas críticas?
-Los parlamentarios tienen que entender que la campaña parte realmente a la vuelta del 18. Primero, porque estamos en un período donde predomina el recuerdo de los 40 años del 11 de septiembre del 73. Y por tanto, no es el momento de mostrar todavía las propuestas, porque se pierden en las declaraciones políticas del día, que tienen que ver más con el pasado que con lo que viene. Luego viene un período de unos diez días en que Chile va a estar en otra.
-En ese sentido, ¿las críticas de los parlamentarios son injustas, cree que no están entendiendo el sentido de la campaña?
-No hay críticas de verdad de fondo. Las coordinaciones se pueden mejorar, pero mi relación con ellos siempre ha sido muy buena, las puertas del comando están abiertas para ellos.
-Cuando usted dice que hoy las alusiones políticas están centradas en el pasado y no en el futuro, ¿quiere decir que estas alusiones al pasado afectan negativamente a Matthei?
-Afectan a todas las candidaturas, porque es difícil mostrar las propuestas en un período como este, en que predomina la historia, el pasado más que el futuro. Siento que el eje pasado favorece más a Michelle Bachelet y el eje futuro favorece más a Evelyn Matthei. Y no solo por los 40 años del 11 de septiembre, sino porque ella ya fue Presidenta. A nosotros nos interesa centrarnos en el futuro. Además, hay intentos deliberados de aprovechar políticamente las circunstancias de los 40 años. Por ejemplo, cuando el comando de Bachelet discrepa del perdón que pide Escalona, diciendo "no, eso lo hace a título personal...", evidentemente que hay una intención de aprovechar políticamente este aniversario.
-¿Cree que la propia candidata Michelle Bachelet tiene esa intencionalidad política?
-Lo noto más en las palabras de sus voceros, pero obviamente que esa intencionalidad política está. Basta ver las actividades de campaña que se realizan. Pero yo soy un convencido de que cuando la gente vote no va a votar pensando en lo que pasaba hace 40 años. Van a pensar en los próximos cuatro años y en quién va a solucionar sus problemas. Ese es el eje clave.
-En ese sentido, ¿cómo esperan que se diferencie la candidata de la Alianza? Ustedes han defendido la idea de "una mujer de carácter". ¿Qué significa?
-Si la gente se pone la mano en el corazón y se pregunta quién hubiera preferido que estuviera la noche del 27-F en la Onemi, si Evelyn o Bachelet, respondiendo con sinceridad, van a decir la Evelyn. Porque es una persona que toma decisiones, que es más directa, que no se deja manipular ni influenciar por los asesores. Y en eso, en el caso de Bachelet, hay muchos ejemplos.
-¿A qué se refiere?
-No solo la noche en la Onemi, sino que también en el Transantiago. Ella tenía la intuición de que era malo, pero los asesores le dijeron que era bueno y lo hizo igual. Si Evelyn está convencida de que algo es malo, ningún asesor la va a convencer de lo contrario. Aquí uno de los dos liderazgos tiene mucha más capacidad en toma de decisiones que el otro. Y después de eso, el segundo plano que hay que mostrar es la diferencia entre los proyectos concretos. Mientras Bachelet quiere llevar a Chile más hacia Venezuela, Evelyn Matthei quiere llevarlo más hacia Alemania, por ponerlo crudamente.
-¿Por qué a Venezuela y a Alemania?
-A Venezuela por la asamblea constituyente, por la nueva Constitución, porque el programa de Bachelet está dominado por la calle. El programa de la Evelyn es mucho más social y va más hacia los problemas de los chilenos. El programa de Bachelet dice educación gratuita, pero la diferencia es que ella se la quiere entregar también a los más ricos. Eso tiene un costo muy alto, 3.500 millones de dólares al año. Para eso tiene que hacer una reforma tributaria gigantesca, que obviamente va a afectar a las pymes y el empleo. El programa de Matthei va a ser mucho más directo, con ejes muy claros. Uno, el empleo y los sueldos, es decir, pasar del aumento del empleo al aumento de los sueldos.
-Usted ha sido muy crítico con la última encuesta CEP, que a través de preguntas abiertas en que se consultaba quién le gustaría que fuera el próximo Presidente, un 44% dijo Bachelet y un 12% dijo Matthei. El comando también cuestionó el periodo en el que se hizo el trabajo de campo para el sondeo.
-Siento que lo que se hizo fue una total irresponsabilidad desde el punto de vista del CEP. Porque cuando una persona común y corriente, en cualquier lugar de Chile, escucha 44% frente a 12% cree, de buena fe, que esa es la encuesta de la elección. Y la verdad es que eso no es para nada así. Lamento mucho que el CEP no haya tomado la decisión de suspender la encuesta como sí la tomó cuando se encontró que el trabajo de campo estaba en la mitad cuando Pablo Longueira reemplazó a Laurence Golborne. Debieron haber hecho lo mismo ahora.
-¿Trataron de convencer al CEP, de alguna manera, de que no incluyeran estas preguntas que en su opinión no tenían validez?
-En lo personal, yo no hice ninguna gestión, pero sé que hay personas que hablaron con consejeros del CEP en el momento mismo en que ocurrió el cambio de candidato, porque sabíamos que ellos estaban en trabajo de campo. Y pensamos que la iban a suspender, igual que como lo hicieron frente a la situación de Golborne y Longueira.
-Carolina Segovia dejó hace pocos días la coordinación de Opinión Pública del CEP. ¿Para usted eso es una señal después de lo que ocurrió? Ella afirmó que no tiene que ver con su partida...
-Llama la atención la coincidencia de ambas cosas. Pero no tengo ningún antecedente como para señalar nada. Pero obviamente que es un hecho que llama la atención, por qué la renuncia se produce justo después de dar a conocer la encuesta. Quizás estaba pactada de antemano, no lo sé. Pero llama la atención.