SANTIAGO.- Todos las evidencias apuntan a que él o los responsables del brutal crimen de Marta Evelyn Peña Zamorano, la mujer que fue asesinada, quemada y desmembrada frente al penal Santiago I, pretendían que ella jamás fuera identificada.
Pero su macrabro objetivo no se cumplió, ya que los peritos dactiloscópicos del Registro Civil pudieron establecer con total certeza y en muy poco tiempo el nombre de la víctima.
Una de las personas que logró realizar con éxito la difícil tarea es la perito Margarita Ibáñez, miembro de la unidad de dactiloscopía del servicio, quien entregó a Emol los detalles sobre el trabajo realizado.
"Esta mujer estaba quemada, pero aún así, como el ser humano tiene tres capas de piel, la epidermis, la dermis y la hipodermis, que es la más profunda, los funcionarios del Servicio Médico Legal lograron capturar huellas de tres dedos, que no estaba en muy buenas condiciones. Eran el pulgar, el medio y el meñique de la mano derecha", relata.
Ibáñez agrega que debido al mal estado de los primeros tejidos producto de la acción del fuego, en el caso de Marta Peña se trabajó con la segunda capa de piel, o sea con la dermis.
Una vez extraída la muestra, las imágenes fueron digitalizadas por los profesionales del Servicio Médico Legal (SML) y luego enviadas al departamento dirigido por la profesional.
"De acuerdo a los datos que aportaban las imágenes que nos enviaron sacamos la ficha original que guardamos acá (de la víctima) y con eso fuimos haciendo la comparación", detalla.
La perito, que lleva 36 años realizando la misma labor, añade que después de ese proceso se reunió con otros cuatro peritos para hacer el trabajo de comparación línea por línea de las huellas con las de la ficha de Marta Peña "y todos concordamos en que era exactamente la persona".
Visión y experiencia
Según explica Ibáñez, el trabajo realizado hasta ahora es basado sólo en lo visual y en la larga experiencia que tienen tanto ella como los otros tres peritos que lograron la identificación.
La profesional sostiene, en todo caso, que para que ellos puedan trabajar debe haber una huella y un nombre probable, de lo contrario su participación es prácticamente imposible y en ese caso operan sólo los peritos del SML, Carabineros y la PDI.
"Para que nosotros podamos identificar tiene necesariamente que haber una huella y como no contamos (en esos casos) con las diez impresiones de los dedos, tiene que haber un nombre supuesto, porque no podemos identificar con un solo dedo. Por eso comparamos con el nombre que ya se manejaba", sostiene.
Casos complejos
El Registro Civil cuenta con tres bóvedas de 250 metros cuadrados cada una, aproximadamente, en las que están contenidas las fichas con las huellas dactilares de unos 20 millones de personas, desde principios del siglo pasado hasta el año 2002, cuando se inició la digitalización del proceso.
En la unidad son 40 peritos, encargados de la identificación de todos los chilenos y extranjeros residentes. Seis 6 de ellos son especialistas en la identificación de cuerpos.
Varios han participado identificando cuerpos en catástrofes nacionales e internacionales, como por ejemplo un incendio en Honduras y el ocurrido el 8 de diciembre de 2010, en la cárcel de San Miguel, donde con la misma técnica con que se identificó a Marta Peña, lograron establecer los nombres de 50 de los 81 reos fallecidos.
"Ahí el Servicio Médico Legal hizo una muy buena labor en la recuperación de huellas. Fue un trabajo muy complejo y se operó con otras zonas de los dedos, porque era gente que estaba carbonizada", puntualiza Ibáñez.