Los obispos afirmaron que "es un deber moral" ejercer el derecho a voto. En la foto, monseñor Ricardo Ezzati, quien fue reelecto presidente de la CECh.
El MercurioSANTIAGO.- A pocos días de que se realicen las elecciones presidenciales, parlamentarias y de cores, la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) llamó a la población a participar en ese proceso y realizar un "esfuerzo de discernimiento" a la hora de votar, teniendo en cuenta, entre otros principios, la defensa de la vida y la protección de la familia, "fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer".
En el mensaje que entregaron los obispos al culminar su 106ª asamblea plenaria, afirman que "aunque, según la ley, el voto no es obligatorio, es un deber moral ejercer este derecho". Por eso llaman "a los católicos y a todas las personas de buena voluntad a cumplir con su deber de votar y realizar un esfuerzo de discernimiento, en vista del bien común".
En el caso de los católicos, la Iglesia les pide directamente considerar tres aspectos a la hora de discernir su preferencia. Lo primero a tener en cuenta es "la valoración y la defensa incondicional de la vida, desde su concepción hasta su fin natural" y remarcan que "atentar contra la vida en gestación o en su fase terminal, así como el atropello contra los derechos humanos, jamás podrá tener como efecto un beneficio".
En segunda instancia, llaman a tener en cuenta "la protección de la familia", entidad que definen como "comunidad de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer". Al respecto, apuntan que "es un hecho que la transmisión de la vida y la constitución de la familia pasan necesariamente por la complementariedad originaria de un varón y una mujer".
No obstante, los obispos señalan que "esto no es impedimento para que asumamos como Iglesia muchas realidades familiares que están lejos de este ideal, sufren por ello, y que también necesitan ser iluminadas y, sobre todo, acompañadas en la caridad y en la verdad".
Salud "de trato humano" y libertad de enseñanza
El tercer aspecto que los representantes de la Iglesia piden considerar al momento de votar es velar por la paz social, la que –según afirman– se consigue en base a la justicia. En este punto, sostienen que "la sociedad sigue herida por vergonzosas brechas que excluyen a miles de compatriotas de las condiciones necesarias para su desarrollo integral, realidad que no sólo afecta a los sectores más pobres y vulnerables, sino también a la clase media".
Entre las principales problemáticas que se deben abordar mencionan "la posibilidad de acceder a una vivienda digna, a un sistema de salud pública eficiente y de trato humano, la situación de profesionales y técnicos que no logran un empleo digno después de años de sacrificios como estudiantes y la situación de los jubilados y adultos mayores".
Asimismo, expresan su preocupación por la violencia del narcotráfico y la trata de personas, la situación de los pueblos originarios y la falta de políticas sociales para acoger a los inmigrantes.
En cuanto a la educación, afirman que se debe "promover el acceso y la calidad" de ésta, aunque "respetando la libertad de enseñanza, así como la tarea y decisión de los padres, que pueden y deben colaborar a la educación de sus hijos, también en lo económico".
Los obispos también remarcan que la tarea que deben cumplir los políticos es "imprescindible e ineludible" y es "un modo de servicio al prójimo", e instan a los políticos cristianos a "mantenerse fieles a su vocación de servir al bien común, a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia".