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Dictan penas remitidas a ejecutivos de constructora por caso Alto Río

Tres regentes de la empresa Socovil y el ingeniero calculista a cargo del proyecto, además, deberán indemnizar a las víctimas con una suma cercana a los $1.813 millones.

10 de Diciembre de 2013 | 21:27 | Emol
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El edificio Alto Río se derrumbó la madrugada del 27 de febrero de 2010, tras el terremoto y tsunami cuyo epicentro estuvo en la Región del Biobío.

El Mercurio

SANTIAGO.- Los cuatro ex ejecutivos sindicados como responsables por el derrumbe del edificio Alto Río en Concepción, durante el terremoto de febrero de 2010, recibieron este martes la lectura de sus sentencias, correspondientes a tres y 800 días de pena remitida.

El veredicto se realizó a eso de las 18:45 horas de este martes. Si bien hubo una primera instancia legal en donde la parte querellante buscó un pronunciamiento, la Fiscalía determinó que en aquel momento -junio 2012- no se contaba con antecedentes certeros del caso, por lo que éste fue anulado.


Tras un segundo y último juicio, durante la presente jornada se estipuló que Juan Ortigosa, Ricardo Baeza y Felipe Parra, todos altos regentes de la constructora Socovil y de la inmobiliaria Río Huequén, fueran condenados a tres años de presidio.


En tanto, el ingeniero calculista, René Petinelli, recibió una sentencia de 800 días.


No obstante, los cuatro implicados podrán cumplir el dictamen en libertad, pues se les aplicó el beneficio de la remisión.


El fiscal a cargo, Nelson Vigueras, además decretó que los ejecutivos deberán cumplir con el pago de $1.813 millones a las víctimas a modo de indemnización.


El abogado Alejandro Espinoza -defensor de Ortigosa, Baeza y Parra-, anunció que no descarta acudir hasta la Corte Suprema con el objetivo de anular el fallo, aduciendo supuestas infracciones constitucionales en torno a los procedimientos legales que enfrentaron sus clientes.

El derrumbe del edificio Alto Río ocurrió la madrugada del 27 de febrero de 2010 y dejó un saldo de ocho personas fallecidas y siete heridas, convirtiéndose en uno de los símbolos de la destrucción del terremoto.