Matthei valoró su participación en el último debate antes de la segunda vuelta.
Héctor Yáñez, El Mercurio.SANTIAGO.- La candidata presidencial de la Alianza, Evelyn Matthei, se retiró con optimismo luego del protagonismo que logró durante el debate de Anatel, en el cual pudo interpelar directamente a su contendora de la Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, en temas difíciles para la ex Mandataria como el 27-F y el Transantiago.
En el análisis de su participación en el último foro realizado antes de las elecciones de este domingo, la abanderada oficialista señaló que la ventaja que la ex Mandataria logró en la primera vuelta ya se ha acortado "muy fuertemente" y manifestó que espera que su performance en el debate "sea suficiente" para superarla.
"Ahora, la palabra la tienen los chilenos, me he preparado a conciencia, con mucha seriedad y agradezco a los que me han acompañado y a la gente que me ha mandado aliento", agregó.
Consultada sobre su definición sobre el aborto en la conferencia de prensa posterior al foro, Matthei reiteró que "lo que he señalado es que tienen que ver los médicos si no tener cerebro es lo mismo que muerte cerebral, porque si es lo mismo, el feto está muerto", evitando entregar una definición sobre el apoyo que tuvo en el pasado al aborto terapéutico.
Respecto a sus interpelaciones a Bachelet por el 27-F, la ex ministra del Trabajo descartó que se trate de un error la estrategia oficialista de abordar a la ex jefa de Estado por su responsabilidad en las muertes ocasionadas por el tsunami, pese a la alta votación que ella tuvo en las zonas afectadas por la catástrofe.
"Nosotros no sabemos como hubiera sido la votación sin el 27 de febrero, a lo mejor hubiera sido aún más alta. Por lo tanto, no veo la lógica, porque uno está viendo ahora cómo fue su votación, pero no está haciendo la comparación con cómo hubiera sido si no hubiera existido el 27-F, en una zona donde nosotros estábamos doblados", explicó.
Finalmente, sobre sus impresiones sobre la importancia de la religión para el país y su candidatura, la ex secretaria de Estado destacó que "Chile es un país donde el 80% de las personas se declara creyente y eso hay que tomarlo en cuenta cuando uno elabora programas de gobierno y cuando uno propone medidas".
"Cuando en un programa de gobierno se señala que hay que suprimir el juramento y toda mención hacia símbolos religiosos, en general se está yendo en contra de la mayoría de los chilenos", afirmó, en una crítica hacia las propuestas de Bachelet en esa materia.