La auxiliar de aseo del establecimiento, María Soledad Martínez Sepúlveda (izquierda), y la educadora de párvulo, Ana María Rivas Gutiérrez.
Andrea González, EmolSANTIAGO.-Doce años de cárcel para la asistente de párvulos del colegio Mater Purissima de Maipú, María Soledad Martínez Sepúlveda, y una pena de 10 años para la educadora, Ana María Rivas Gutiérrez, pidió la Fiscalía Metropolitana Occidente por los presuntos delitos de abuso sexual reiterado ocurridos al interior del establecimiento en contra de menores de prekinder, hechos por los cuales ambas mujeres fueron sindicadas en calidad de autoras.
Así se establece en la acusación presentada el 12 de noviembre de 2013 por el fiscal adjunto de Maipú, Carlos Ramíres Moreno, tras dos años de indagatorias frente a hechos ocurridos entre marzo y noviembre de 2011.
En el documento -al que accedió Emol- el Ministerio Público atribuye la participación de las mujeres en calidad de autoras respecto a las agresiones sexuales cometidas en contra de cinco menores de cuatro y cinco años de edad, a quienes amenazaron para evitar que sus víctimas revelaran los hechos a sus padres.
"No hay pena que sirva para revertir estos atentados sexuales"
Para el querellante Cristián Espejo, que representa a los padres de las presuntas víctimas, las penas solicitadas por el Ministerio Público si bien "se ajustan al castigo que uno puede aspirar con legitimidad en este tipo de actos, a mi parecer no hay pena que sirva para revertir estos atentados sexuales contra niños".
"Esperamos, en todo caso, que exista un veredicto condenatorio ya que, a mi juicio, la responsabilidad de ambas mujeres en los abusos sexuales está más que acreditada", agregó a este medio.
Sin embargo, lamentó que tras de dos años de investigación recién se presente la acusación en contra las imputadas e hizo una comparación con el Caso Apoquindo, donde la pareja de auxiliares del establecimiento -Esteban Moya y Margarita Villegas- ya se encuentra condenada por los ilícitos denunciados seis meses después que la causa del colegio Mater Purissima.
"Me causa extrañeza que hoy tengamos un fallo condenatorio", dijo, mencionando que "pareciera que lamentablemente la discriminación en materia de investigación también existe y eso me genera una inquietud enorme".
"La celeridad con la que se actuó en ese caso creo que solamente obedece a que se trataba de un colegio ABC1", concluyó Espejo.
En tanto, ambas imputadas en la causa -cuya audiencia preparatoria de juicio programada para ayer fue postergada- permanecen con medidas cautelares a la espera del juicio oral en su contra.
Mientras la asistente de párvulos, María Soledad Martínez, continúa en prisión preventiva en la cárcel de San Miguel, la educadora Ana María Rivas cumple la medida de arresto domiciliario nocturno en su casa en Maipú.