QUILPUÉ.- Visiblemente afectada y en momentos devastada se vio este miércoles a Natalia Guerra durante la reconstitución del sacrificio de su hijo en un supuesto rito se sanación ordenado por Ramón Castillo, líder de la denominada secta de Colliguay.
Lo anterior se debió al impacto emocional que significó para la mujer regresar al lugar del asesinato del menor, quien fue bautizado con el nombre de Jesús.
Por lo mismo, su representante recalcó que insistirá en la inimputabilidad de su defendida, quien enfrenta cargos por parricidio.
Su requerimiento será discutido el próximo 9 de enero ante el Juzgado de Garantía de Quilpué, instancia en la que se revisará la prisión preventiva de la diseñadora gráfica y el aumento de investigación de la causa por quedar diligencias pendientes.
El escenario del crimen, ocurrido el 23 de noviembre de 2012, fue recreado hoy durante más de tres horas en el Fundo Los Culenes, en la Región de Valparaíso, con los seis imputados que permanecen en prisión preventiva por el delito de homicidio calificado en calidad de autores.
La diligencia fue valorada por el defensor de la joven estudiante, calificándola como "bastante valiosa, porque cada uno se ubicó en los lugares que estuvo el día de los hechos y se indicó con precisión las actuaciones de cada uno".
En la misma línea dijo que "se superaron algunas contradicciones que existían en las declaraciones previas y la Policía de Investigaciones pudo obtener información para los peritajes que se van a realizar".
Asimismo, mencionó que el procedimiento sirvió para conocer en detalle cómo Ramón Castillo ordenó a Pablo Undurraga poner una cinta de embalaje al lactante en los pies y en su boca y luego retirarse junto al resto de los imputados para quedar sólo con el menor.
"Ellos no ven la manipulación del bebé por parte de Antares", recalcó, aclarando que el único que estuvo presente en la muerte de la víctima fue el líder de la comunidad.
Defensor: "No existió una planificación"
Para el defensor, además, la diligencia fue clave para establecer que si bien estaba dentro de las probabilidades el hecho de que el lactante fuera sacrificado "no existió una planificación por parte de Antares" por lo que ninguno de los miembros de la comunidad sabía qué iba a ocurrir esa noche.
Sobre la participación de su representada en el crimen, el abogado Claudio Pérez enfatizó que ella no habría actuado de manera consciente ya que "estuvo tres días en trabajo de parto, se le dio a beber ayahuasca antes de que fuera ingresada a la clínica Reñaca, y posteriormente llega acá prácticamente 24 horas después de haber dado a luz".
"Todo eso conlleva a un estado emocional especial que está siendo parte de la teoría de la defensa", continuó. También mencionó que se han practicado informes psicológicos y psiquiátricos para reafirmar dicha hipótesis.
"Tras cinco años en una secta ella (Natalia) es prácticamente autómata, recibe una orden de quien es el líder y la ejecuta sin pensar más allá de las consecuencias, con anulación de la voluntad y sometida a un régimen muy estricto", detalló.
Al mismo tiempo, reiteró que quien revela el asesinato a la policía y los lleva al lugar del crimen es precisamente su representada, validando de esta manera una atenuante ante una posible condena de su defendida.