Ensayos mensuales y relación directa con el alumno: Las claves de los colegios top en la PSU

SANTIAGO.- Clases donde se prepara especialmente la Prueba de Selección Universitaria (PSU), un sistema de tutorías con los estudiantes y entrevistas personalizadas con los apoderados, en lugar de reuniones masivas de curso, son algunos de los patrones que se repiten entre los colegios que obtuvieron los mejores resultados en el test.

Este año los colegios que se ubicaron en el "top 10" del ranking –promediando Matemáticas y Lenguaje– son todos particulares pagados, siete de ellos de la Región Metropolitana y seis de comunas del sector oriente de la capital.

Al consultar a tres de ellos, una práctica que se repite es que destinan varias horas de clases para preparar especialmente la PSU, donde resuelven guías y realizan ensayos, que luego revisan en clases.

En el Colegio Cordillera –que se ubicó por segundo año consecutivo en el 1° lugar nacional–, el coordinador de la PSU del establecimiento, Alejandro Leyton, detalla que en cuarto medio se destinan tres de las ocho horas semanales de Matemáticas y Lenguaje a preparar la PSU y se realizan diez ensayos de la prueba al año (uno por mes). Mientras que en tercero medio se hacen sólo dos ensayos al año.

En el Colegio Montemar, de Viña del Mar –que se ubicó en el 3° lugar–, la preparación especial para la PSU es sólo en cuarto medio. Allí también realizan un ensayo mensual, dentro del horario de clases. No obstante, el subdirector académico, Carlos Parra, afirma que la clave de sus buenos resultados está en la calidad de sus profesores y de las clases normales de las asignaturas, donde procuran que se pase el currículum completo. "Hacemos ensayos PSU, pero no creemos que sea lo más importante, la fuerza nuestra está en la calidad de la clase normal, que la clase sea de excelencia", afirma.

En ese establecimiento también afirman que ponen mucho énfasis en motivar a los estudiantes con el estudio. "Un tema central es la motivación, que los alumno se crean capaces, que sientan que tienen las posibilidades en sus propias manos, y en eso trabajamos muy duro. Nuestros alumnos tienen altas expectativas y les gusta estudiar", afirma.

En el Colegio Trebulco, de Talagante –que está en el 8° lugar nacional–, también realizan un ensayo mensual PSU, tanto en tercero como en cuarto medio, los que luego se corrigen en clases, y al finalizar el año los estudiantes reciben una nota con el promedio de los ensayos.

Junto con esto, el coordinador de enseñanza media del recinto, Omar Cajigal, explica que las pruebas habituales que les aplican a los estudiantes en las distintas asignaturas tienen preguntas del tipo PSU, "con selección múltiple y un nivel de dificultad elevado".

Estos colegios no consideran que las preparaciones que realizan para la PSU sean un preuniversitario. Incluso varios de sus estudiantes realizan preuniversitario por su cuenta para reforzar algunas materias.

No existen las reuniones de apoderados

En esos establecimientos también le dan mucha importancia al rol de las familias en el proceso educativo y la relación entre los profesores y estudiantes es muy personalizada.

Una práctica común en estos colegios es que no existe la figura de las reuniones generales de apoderados, como en otros colegios, sino que en lugar de éstas se realizan entrevistas individuales entre el profesor y los padres de un determinado estudiante, donde se analiza el desempeño de ese alumno en particular y se establecen estrategias focalizadas en él.

En el Cordillera y el Montemar no realiza ninguna reunión de curso en el año y, en su lugar, se cita a las familias al menos dos o tres veces al año. Carlos Parra, del Montemar, detalla que en estas entrevistas "se habla exclusivamente del alumno, de sus necesidades y de sus potencialidades y se va a acordando con los padres las estrategias necesarias y los apoyos que corresponden".

En la misma línea, Alejandro Leyton, del colegio Cordillera, detalla que la entrevista con los padres "es una reunión profesional, no de pasillo ni de café ni informal, donde se habla exclusivamente del alumno, y con toda una mecánica, se plantean estrategias y se ponen plazos".

En estos establecimientos hay además un sistema de tutorías, en que cada estudiante tiene asignado un profesor al que puede recurrir durante el año. Para esto se realizan reuniones individuales, donde se abordan temas académicos y personales. "Es un profesor que orienta al alumno y lo va ayudando en su proceso de crecimiento, tanto académico como personal", explica Parra.

En el caso del Colegio Trebulco, hay una mecánica similar, ya que sólo tienen dos reuniones de apoderados generales al año y se realizan una a dos entrevistas con el apoderado por semestre.

Estas prácticas también se ven favorecidas debido al bajo número de alumnos que tienen esos establecimientos. Por ejemplo, en el Colegio Cordillera hay sólo dos cursos por nivel, de aproximadamente 30 alumnos. En el Montemar hay sólo un curso por nivel, de 20 alumnos, y en el Trebulco también un curso por nivel, de sólo 14 estudiantes.