SANTIAGO.- 21 de mayo de 1879 y la contienda entre el "Huáscar" y la "Esmeralda" acababa con el comandante de la corbeta chilena, Arturo Prat Chacón, tendido sin vida sobre el acorazado peruano, y erigía a la Guerra del Pacífico como uno de los "símbolos" de la confrontación entre ambos países.
Ciento treinta y cuatro años después, la Corte Internacional de La Haya sería la encargada de zanjar el litigio iniciado en 2008 por Lima, tras reconocer la postura nacional sobre la frontera en el mar, pero creando una nueva línea equidistante a favor de la demanda del país vecino.
Testigos de esta "contienda" fueron María de la Luz Prat (46) y Arturo Prat Lopicich (33), bisnieta y sobrino bisnieto del prócer nacional, quienes entregaron a Emol sus impresiones sobre el veredicto, que vieron "como cualquier chileno por la tele, el diario y las noticias".
La primera -actriz y trabajadora en una inmobiliaria- siguió la lectura del juez Peter Tomka en el computador de su trabajo y con audífonos, mientras que el segundo -abogado, profesor de educación física y conocido por su participación en un reality show- no pudo verlo, "porque estaba presentado un recurso de protección contra las Isapres".
"Los chiquillos del mesón algo comentaron, pero no estaba ansioso por el tema, preferí esperar a que salieran los clásicos expertos explicándolo para interiorizarme", cuenta Arturo, para quien este tipo de "disputas y rencillas son artificiosas".
Fallo "poco esperable"
María de la Luz dice tener clara su postura frente al veredicto del tribunal: "No fue el resultado que más me gustó".
"Para mí, como la gran mayoría de los chilenos, (el tema) lo daba por zanjado, algo que estaba limitado hace tantísimos años (...). Me pareció extraño, poco esperable. Creo que fue un fallo salomónico y ojalá no nos veamos de nuevo envueltos en algo así", sostiene.
Para Arturo, la demanda peruana era "legítima" y el fallo de La Haya "ecuánime", aunque -añade- "lo recibo como a quien le cuentan que un extraño se ganó el Kino".
"La verdad no me repercute en nada. En algún momento analicé quiénes podían verse afectados, la gente que vive de la pesca, pero dudo que algún pescador artesanal llegue a mas allá de esas 80 millas náuticas, así que los únicos eventuales afectados son las 9 familias dueñas de la producción de pescado en Chile", asegura.
"No es para morirse"
A juicio de María de la Luz, Chile y Perú "no continúan en disputa, sino que son los gobiernos (...). Tengo dos amigas descendientes de (Miguel) Grau y las quiero mucho y los peruanos que conozco, tampoco están confrontados. Puede haber unos grupos muy nacionalistas de uno u otro lado, pero creo que más bien es una cosa de Gobierno".
En la misma línea, Arturo cuenta que ha tenido la oportunidad de estar en Perú, "de conversar con peruanos en Chile y tengo la impresión de un pueblo educado, humilde y sin rencores (...). La verdad no entiendo aún estas hostilidades históricas (...). Las naciones tienen que saber cómo reinventarse, dar vuelta la página, surgir y buscar nuevos caminos".
Lo anterior es compartido por María de la Luz, quien sostiene que el dictamen de La Haya "tampoco es como para morirse. Lo importante es que esto se acabe aquí. Ahora queda mirar para adelante con un espíritu de pueblos hermanos y de paz".
Arturo, en tanto, concluye: "Después de este fallo la única disputa que queda con los peruanos es pelearnos cada cuatro años el cupo para ir al Mundial".