SANTIAGO.- Cuando falta poco más de un mes para que la Nueva Mayoría llegue a La Moneda, algunos dirigentes insisten en que aún no comprenden las directrices del programa de Educación de la Mandataria electa, Michelle Bachelet.
Dicha opinión ha sido también revelada por Naschla Aburman, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), quien espera que el futuro ministro de la cartera se empodere y dé a conocer de forma clara esos postulados.
"De Nicolás Eyzaguirre hemos esperados sus posturas. Conocemos sólo lo que ha hecho público, es decir, que adhiere a un programa, pero eso no nos da claridades al respecto. Ojalá que él pueda dibujar el escenario con más criterio", expresó a Emol.
Si bien la dirigente estudiantil cree que se necesitan cambios sustanciales y urgentes, remarca que como en todas las materias "hay prioridades y plazos", pero que las medidas a desarrollar deben ser "estructural y no superficiales".
"El equipo de Bachelet se ha referido a gratuidad, pero no sabemos si será en base a becas o financiamiento hacia las instituciones, que son dos cosas totalmente distintas. Por lo tanto, no basta con un pronunciamiento tan superficial en el que nos dejan a todos sin entender para dónde va todo esto", relató.
Ambigüedades
Como figura relevante en medio de las demandas de los universitarios, Nashla insiste en que el panorama se ve "bastante ambiguo", aduciendo que incluso hasta en la Nueva Mayoría existen diferencias que entrampan la clara lectura de lo que se quiere configurar en los próximos cuatro años de Gobierno.
"El programa de Bachelet en materia de Educación es bastante ambiguo. De la letra chica se sabe poco. Es una incertidumbre que está en la ciudadanía y en ciertos miembros de la Nueva Mayoría. Esperamos que esas incertidumbres se conviertan en certezas, para hablar de educación y no de un programa que son sólo titulares, para entender en qué escenario nos vamos a mover", dijo la alumna de Arquitectura y Pedagogía.
Es por ello que apela a que se pueda concretar la instauración de una educación gratuita, más allá de que se pelee contra el lucro.
"La reforma educacional tiene que ser estructural. Ello implica dejar de entender la educación como un bien de consumo, independiente de cuan bajo sea el interés de ese consumo", puntualizó.