SANTIAGO.- Daniela tiene 28 años, trabaja en una empresa capitalina y cada fin de semana del verano viaja a la Quinta región. Tras caminar 40 minutos por la orilla del litoral llegar al único lugar donde se siente "realmente libre": Playa Luna.
Ubicado a cinco kilómetros de Caleta Horcón, este balneario es el único de Chile donde oficialmente se puede practicar el nudismo. "Es la mejor expresión de libertad", señala esta trabajadora social, que el verano de 2009 llegó al lugar "como cualquier otro turista" y le "encantó".
"Aquí, no tienes drama con el tema del traje de baño, con que alguien te esté mirando o si tienes celulitis, rollos... Acá somos todos iguales", comenta sobre esta playa que 14 años atrás surgió como un proyecto del fotógrafo René Rojas, quien descubrió la práctica del naturismo durante uno de sus viajes a Brasil y lo adoptó "como un estilo de vida".
Así fue como junto a un grupo de 12 personas comenzó a practicar el nudismo en el balneario de Cau Cau. Sin embargo, la construcción de un condominio en la zona les impidió continuar con esta actividad que -en su opinión- "refleja una expresión de libertad, y promueve el respeto a la sociedad, a uno mismo y a la naturaleza".
Con la idea aún en mente, Rojas postuló el año 2000 a la licitación de 500 metros de costa y obtuvo la concesión. "Encontramos este lugar y yo tengo una conexión muy importante con la luna, que me ha acercado a algunas cosas más sensibles (…) Encontré tan bueno el nombre que registré la marca hace más de 10 años", comenta.
Y agrega: "Existen personas que creen que por el hecho de sacarse la ropa ya está practicando la actividad, pero el naturismo es más que sacarse la ropa. Es no enterrar las colillas en la arena, es llevarse su propia basura, es respetar el entorno, es respetarse a uno mismo y a los demás".
No todo es "libertad"
Al igual que en el resto del borde costero del país, Playa Luna no está exenta de reglamentos. De hecho, por disposición de la municipalidad de Puchuncaví y la Capitanía de Puerto, sus "turistas" no pueden acampar, hacer fogatas, dejar basura, entrar con animales domésticos ni motos; mientras que el sector debe contar con un salvavidas, banderas, entre otras medidas de seguridad.
Es así como cada vez más familias se atreven a visitar este balneario, por lo que "cuidamos celosamente los comportamientos que pueden tener algunas personas que no entienden del naturismo", dice Rojas, recordando que "los pocos problemas que se han generado han sido ocasionados por varones que visitan el lugar sin compañía femenina".
En 2001, este fotógrafo -oriundo de Valparaíso- organizó el I Encuentro de Nudismo en Chile. El problema fue que recibió una citación de Carabineros por ofensas a la moral y las buenas costumbres.
"Me hice cargo del motivo y se inició una causa en mi contra. Yo sabía que dentro de la lucha por forjar el naturismo en todos los países hay una instancia legal que sobrepasar", comenta sobre el proceso en el que finalmente la justicia "determinó que el hecho de estar desnudo en un lugar público como Playa Luna, bajo el concepto de naturismo, hoy día no constituía ni falta ni delito ni quebrantamiento de ningún artículo legal del Código Penal".
"De ahí nunca más vino Carabineros, nunca más hubo represión con el tema, se marca una jurisprudencia", explica Rojas, quien 11 años después organizó el Encuentro Latinoamericano de Naturismo, que contó con el patrocinio de Sernatur, organismo que incluso enfrentó una queja ante la Contraloría General, la cual fue desestimada.
"Con la presencia de naturistas logramos legitimar el naturismo en este lugar. Hoy en día no es ilegal desnudarse acá, porque no hay reclamantes (...). Aquí, la práctica del nudismo es en base al respeto a uno mismo, a los demás y al medioambiente", sostiene.
Es por eso que, explica, "Playa Luna es un lugar de difícil acceso y apartado, para respetar al resto de las personas que no comparten esta actividad".