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El regreso del diputado Alinco a la construcción: "Voy a ser obrero hasta que me muera"

Después de 8 años en el Congreso, el parlamentario tiene asumido que en marzo le llega el "sobre azul" por lo que ya empezó a trabajar en su antiguo oficio de soldador. "Ojalá me den pega y no digan que estoy sobrecalificado", dice.

23 de Febrero de 2014 | 16:38 | Por Leonardo Núñez, Emol

SANTIAGO.- En medio de martillazos y cortes de sierra se escucha la voz del diputado René Alinco. Famoso por sus salidas de libreto en el Parlamento, hoy no busca la polémica y pide un poco de silencio "a los viejos" con los que está terminando de levantar una casa desde las 9 de la mañana en Aysén, su tierra natal.

"Estoy trazando uns escalera metálica", dice el Parlamentario, quien ha aprovechado el verano para volver paulatinamente a la práctica de su antiguo oficio de obrero de la construcción. Esta casa es su primer "pololo".

Después de no conseguir su tercera reelección, Alinco dice que se demoró muy poco en asumir que en marzo le llegará el "sobre azul" y que se acabarán sus privilegios como parlamentario, incluyendo su sueldo sobre los ocho millones.


Por ello aprovechó el receso de febrero en el Congreso para retomar el trabajo que tenía antes de que su voto en el Congreso fuera codiciado por el oficialismo o la oposición de turno.

"Hay que darle despacito para que el cuerpo se vaya acostumbrado. Todos subimos de peso en el Congreso. Bajaremos la guata y refortaleceremos los músculos, porque para servir al país no es necesario ser parlamentario precisamente", dice Alinco, cuyo oficio como soldador de estructuras metálicas le permitió conocer en carne propia las alegrías y penas que se viven como obrero de la construcción.

"No voy a extrañar el Congreso"

Con su inconfundible acento sureño, el diputado se apura en aclarar que "volver a levantar pala y picota" no es un problema. "Yo trabajo en esto desde cabro chico. No voy a extrañar el Congreso, obvio que la vida de élite algo tendrá que echarse de menos, pero nunca se me fueron los humos a la cabeza. Me vestía igual, sólo un poco más ordenado; no comí platos finos ni compré ropa de marca. Sabía que el Congreso era un lugar de trabajo esporádico. Como siempre lo he dicho, 'yo diputado hasta que Dios quiera, obrero de la construcción hasta que me muera'".

Para Alinco también es importante explicar que aunque ahorró y se compró un departamento en Santiago y dos autos gracias a su trabajo parlamentario, ahora quiere volver rápido al mundo laboral porque si hay algo que no cambiará es que debe seguir ayudando a sus seis hijos, varios de los cuales están cursando estudios superiores.

"Sale bien caro. Y como no soy de la élite y no tengo pitutos, no me van a ver de notario como a un ex parlamentario por ahí. A diferencia de otros diputados que perdieron la elección y que pueden volver a sus profesiones o empresas, yo tengo que trabajar en lo que sé. No tengo miedo a agarrar la pala y la picota de nuevo, porque tampoco me gusta ser un cafiche del Estado", asegura.


Alinco no recibirá dinero adicional porque no quiso sumarse al fondo de retiro que manejan los diputados, quienes voluntariamente aceptan que se les descuente dinero de su sueldo mientras ejercen el cargo para luego recibirlo cuando dejan sus labores en el Congreso.

"Soy el único parlamentario, junto a Rene Saffirio, que no quise participar de ese fondo solidario. Siento que no correspondía, porque creo que rayaba en lo ilegal. No me imagino que trabajadores de la Tesorería o Impuestos tengan un fondo común. Yo digo que es medio entre 'gallos y media noche'. No sé cuál es el procedimiento legal ni si se pagan impuestos. He consultado pero nadie me dice nada. Como le dije a alguien se parece a la Cutufa", comenta Alinco entre risas.

Su familia tampoco le ha puesto problemas por volver al mundo de la construcción. "Me levanto a las 7 y media de la mañana. Tomo un buen desayuno. Acá somos buenos para comer carnes, porotos legumbres, pescados, y los pocos salmones que quedan. Después tomo mate hasta las 8 y media y me voy a trabajar. No llevo vianda porque estoy a media hora de mi casa caminando y puedo volver a almorzar. Son las ventajas que tiene la Patagonia".

Sobre el futuro, asegura que no se va a retirar del todo de la política. Seguirá ligado a organizaciones sociales porque, según dice, le va a cobrar a la Concertación todas las promesas que hizo para volver a La Moneda como la Nueva Mayoría.

"Los nombramientos del Gobierno de la Presidenta Bachelet no son los más acertados. La prensa ha publicado más que currículos, prontuarios de varios nominados. Yo he cometido errores honestos, como se dice, y tengo moral para criticar porque jamás ha habido alguna moneda metida en mis problemas. Nadie duda de la Presidenta pero si de los asesores. Ella se comprometió con la creación de una universidad pública en Aysén. También tenemos el tema de la educación gratuita. Hay muchos compromisos de la Nueva Mayoría que se tienen que cumplir", afirma.

Sin embargo, en los primeros meses el diputado dice que le dará duro a la pega para que no le falte trabajo: "Aunque mi especialidad es soldador, puedo hacer de todo, porque en la construcción se empieza como jornal y después se hacen otras cosas. El único temor que tengo es que tal vez por ahí no me den pega porque soy un hombre público y ex diputado. Y como le pasa a un amigo mío puedan pensar que Alinco está sobre calificado".

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