SANTIAGO.- El fiscal regional Sur Raúl Guzmán valoró la diligencia que la madrugada de este viernes se llevó a cabo al interior de la cárcel de San Miguel en el marco del juicio contra ocho funcionarios y ex funcionarios de Gendarmería a quienes el Ministerio Público les imputa su responsabilidad en la muerte de 81 reos.
"Esto ayuda a demostrar que todo lo que ocurrió desde la medianoche del 8 de diciembre de 2010 en adelante pudo haber sido percibido y detectado por los centinelas", dijo al término del procedimiento que se extendió por más de tres horas.
"Se pudo haber dado una alerta oportuna tanto de la ingesta de chicha artesanal que se estaba produciendo como de la riña y el posterior uso de elementos inflamables que provocaron el incendio", continuó, detallando que durante el recorrido -que tuvo por objeto establecer las circunstancias espacio-temporales en las que se produjo el incendio- "pudimos percibir auditivamente conversaciones desde el interior de las crucetas en un tono normal".
"Obviamente un grito desde el interior de la cruceta se escucha sin ningún problema en el exterior", dijo categórico, argumentando que "eso permitía haber alertado a la guardia interna y a los sistemas de seguridad para haber actuado y, sobretodo, haber realizado el desencierro de quienes aun estaban dentro del colectivo tanto del ala sur como del ala norte".
La diligencia fue solicitada en primera instancia por la Fiscalía al inicio del juicio con la intención de que el tribunal conozca en terreno el lugar donde ocurrieron los hechos.
La Fiscalía pretende condenar a José Francisco Poblete, Fernando Andrés Orrego, Francisco Javier Riquelme, Patricio Álex Campos, Segundo Sanzana, Carlos Bustos, Patricio Campos, Jaime San Martín y José Hormazábal por su presunta responsabilidad en el deceso de los internos.
Esto, porque a juicio del Ministerio Público los imputados no efectuaron la alerta oportuna y habrían omitido deberes y obligaciones al no adoptar los procedimientos correspondientes ante la emergencia.