''Yo lo único que hacía era poner el contacto'', reiteró el sacerdote.
El Mercurio.SANTIAGO.- El sacerdote Gerardo Joannon, quien es vinculado a denuncias de adopciones irregulares realizadas en la década de los setenta y ochenta en el país, dijo que no colaborará con la investigación que se lleva a cabo para determinar su responsabilidad en los hechos.
"No voy a ayudar nada, porque no tengo nada más que decir", dijo el religioso de la congregación de los Sagrados Corazones en conversación con Canal 13.
El sacerdote manifestó su confianza en que la situación se va "a aclarar", y reiteró que él sólo contactaba a las familias interesadas en dar un niño en adopción con ciertos médicos que lo ayudaban a "evitar abortos".
"Yo no tengo ninguna relación con ningún papá. Nunca supe quienes son los papás y nunca estuve reunido con ellos...Yo lo único que hacía era poner el contacto", enfatizó Joannon, quien fue suspendido de su servicio en la Parroquia de la Anunciación, ubicada en Providencia.
La colaboración del cura en las adopciones irregulares fue denunciada por el sitio de reportajes Ciper Chile. La investigación periodística asegura que muchas veces se les decía a las madres que los niños habían nacido muertos. Esto es negado por el sacerdote.
"Yo nunca le dije a nadie que había muerto, porque no sabía si habían nacido, si eran hombres, mujeres. Nunca supe nada de nada", afirmó, y negó haber celebrado falsas misas fúnebres para engañar a las madres.
"Yo nunca celebré misa de difuntos...Yo nunca celebré misa para entregarle al señor la oración de esa familia que estaba sufriendo, de esa madre que estaba sufriendo", explicó Joannon, quien contó que ha recibido apoyo de muchos fieles.
"Las personas que me conocen me han llenado de cariño, me han llenado de cartas, me han llenado de admiración", indicó.
Tras la publicación del reportaje, la Congregación Sagrados Corazones nombró al canonista salesiano David Albornoz para liderar una investigación que permita conocer la verdadera responsabilidad de Joannon.