SANTIAGO.- "Creo que es justo cada uno tenga los bienes que con su esfuerzo consiguió antes del matrimonio, pero aunque un bien esté a nombre de uno, en la práctica los consideremos de los dos y los disfrutamos por igual en el matrimonio", dice Andrés Quinteros, de 34 años, quien es uno de los más de 28 mil chilenos que en 2012 contrajo matrimonio bajo el régimen de separación de bienes.
Si bien décadas atrás el número de parejas que se casaba con separación de bienes era marginal, en los últimos años se ha registrado un aumento sostenido de quienes optan por esa modalidad. Según datos del Registro Civil, en la última década (entre 2004 y 2013) los matrimonios con separación de bienes pasaron de representar el 34% al 42% del total.
En términos brutos, ese régimen ha experimentado un crecimiento de casi un 50% en los últimos diez años. Así, mientras en 2004 la sociedad conyugal prácticamente doblaba a la separación de bienes (34.434 sobre 18.449), en 2013 la diferencia se estrechó y este último casi equiparó a la sociedad conyugal, que históricamente ha sido la más escogida por los chilenos ( Ver gráfico ). Mientras el régimen de participación en gananciales –que sólo existe desde 1994, siendo el más nuevo– se mantuvo estable en torno a 1.500.
A esto debe sumarse la gran cantidad de personas que, estando casadas bajo sociedad conyugal, han cambiado de régimen durante el matrimonio. En 2012, 5.789 parejas pasaron de sociedad conyugal a separación de bienes, mientras que a participación en gananciales lo hicieron sólo 4.
¿Pero a qué se debe este cambio de preferencia de los chilenos? El abogado y académico de la Universidad de Chile Cristian Lepin, quien es experto en derecho de familia, explica que una de las principales causas es que en los últimos años ha ido aumentando la edad en que los chilenos se casan, por lo que al momento de hacerlo ya posean bienes.
Andrés, por ejemplo, se casó a los 33 años, cuando ya tenía a su nombre un departamento y una moto. Según datos del INE, en el año 2000 la edad promedio para contraer matrimonio era 26 años en mujeres y 28 en hombres, mientras que en 2011 subió a 32 años en mujeres y 35 entre los varones.
"Antes la gente contraía matrimonio a una menor edad y normalmente sin bienes, porque estaban recién terminando sus estudios o empezando a trabajar, entonces al aumentar la edad en que se casa, la gente ya tiene algún bien, tiene un auto, un departamento o ha contraído algún crédito, entonces toma sus resguardos y tiende a proteger sus bienes por si este proyecto que es el matrimonio fracasara", explica Lepin.
La protección de los bienes es posible ya que en este régimen el patrimonio de cada cónyuge, adquirido antes o durante el matrimonio, se mantiene separado y cada uno lo administra de manera independiente. "En rigor no hay régimen, porque nunca se mezclan", afirma el abogado, quien lo considera "más bien egoísta, porque cada uno se las arregla solo, como si no existiera la comunidad que implica el matrimonio".
La ley de divorcio y el término del "prejuicio"
También habría otra causa más social y es que en los últimos años se ha ido disipando el prejuicio que existía hacia el régimen de separación de bienes, a lo que habría contribuido la ley de divorcio. "Antes era muy mal visto hablar del tema patrimonial antes de contraer matrimonio, era feo hablar de dinero cuando el tema del matrimonio es el amor. Y eso tiene que ver con la concepción del matrimonio para toda la vida, con un país donde no existía la ley de divorcio. Hoy día uno ya tiene claro que puede haber un límite y que el matrimonio puede terminar, y ese prejuicio se ha superado", dice Lepin.
A esto agrega que "como ahora normalmente las personas tienen una profesión o tienen bienes (al momento de casarse), no les complica hablar del tema y llegar a un acuerdo" sobre el régimen patrimonial que utilizarán.
Dice que también se debe considerar el factor de que hoy existen personas que contraen matrimonio por segunda vez, estando divorciadas –lo no ocurría antes de la ley de divorcio–. Éstos, a través del régimen de separación de bienes, tenderían a proteger el patrimonio anterior, o de sus otros hijos, y no involucrarlo con el nuevo matrimonio.
El académico agrega una última razón para explicar el aumento de los matrimonios con separación de bienes, y es que –debido al mayor nivel de educación e información a la que tienen acceso– las mujeres han ido tomando consciencia de la "desigualdad e injusticia" que puede significar para ellas la sociedad conyugal. Según afirma Lepin, "la sociedad conyugal tiende a proteger a la mujer en exceso y ese mismo exceso lleva a que se la discrimine".
En efecto, si bien en el régimen de sociedad conyugal los bienes son de propiedad común durante el matrimonio y son distribuidos de manera equitativa si el vínculo se disuelve, el único que puede administrarlos mientras están casados es el marido, incluso si se trata de bienes que la mujer ha obtenido por donación o herencia.
¿Cuál es el mejor régimen?
Aunque es por lejos el menos usado, el abogado Cristian Lepin afirma que, de las alternativas que hoy existen, el régimen más apropiado para una institución como el matrimonio es el de participación en gananciales. Éste implica que durante el matrimonio los bienes de ambos cónyuges se mantienen separados, pero si el régimen se termina, quien adquirió bienes de mayor valor debe compensar al que obtuvo menos, para que ambos queden iguales.
A juicio del académico, "técnicamente, es el que parece más apropiado para una institución familiar como el matrimonio, ya que hay igualdad entre los cónyuges, porque cada uno puede administrar sus bienes libremente, y después al final hay solidaridad en la distribución de los bienes, porque se reparten los beneficios que puedan obtener".
Sin embargo, dice que por lo visto este régimen "ha resultado muy engorroso" para las personas, ya que se debe hacer un inventario al inicio y otro al término del matrimonio, para poder comparar los patrimonios. "Yo creo que eso ha llevado a que la gente no lo celebre e incluso como broma digan que sólo los abogados se casan en ese régimen", señala.