SANTIAGO.- El próximo miércoles, el Cuarto Tribunal Oral en Lo Penal de Santiago dará a conocer la sentencia que aplicará en contra de los ex lautaristas Juan Aliste Vega, Freddy Fuentevilla y Marcelo Villarroel, implicados en el asalto a una sucursal del Banco Security, y posterior homicidio a balazos del cabo Luis Moyano, ocurrido el 18 de octubre de 2007 en el centro de Santiago.
Pero ese día el funcionario policial abatido no estaba solo. Su compañero, el también cabo Fernán Abarca, iba en su moto metros más atrás y se enfrentó a tiros con el Aliste Vega, quien lo hirió en la espalda antes de huir.
"Juan Aliste Vega se encontraba junto a la moto y cuando bajé de mi moto para estacionar escuché un disparo, al levantar mi cabeza vi a mi cabo Moyano encorvado hacia adelante y Juan Aliste le efectuó alrededor de 2 a 3 disparos más. Al ver eso, preparé mi armamento y disparé a Juan Aliste. En ese momento, me cubrí entre la moto y un vehículo que se encontraba estacionado. Aliste me disparó y yo me fui a la parte posterior del vehículo, donde corrí a una caja metálica que se encuentra en Agustinas con calle Santa Lucía y, en ese momento, volvimos a intercambiar disparos", relata el cabo.
Abarca se convirtió en el testigo clave en el juicio contra los acusados y actualmente está radicado en Punta Arenas, donde fue destinado tras recuperarse de sus lesiones.
Hoy habla de lo ocurrido y ante la proximidad de la sentencia exige "la pena máxima" para los responsables del crimen de su compañero.
"El fiscal (Ricardo Peña de la zona Centro-Norte) está pidiendo la pena máxima por el homicidio de mi cabo y el homicidio frustrado hacia mi persona. O sea cadena perpetua calificada, dada las circunstancias del hecho como ocurrieron. En lo personal, espero que sea la pena máxima", señaló enfático a Emol.
La Fiscalía Centro-Norte pidió presidio perpetuo calificado para Aliste por el asesinato y 10 años por el asalto al banco. Para Fuentevilla, 20 años por encubrir el homicidio de Moyano, al ayudar a Aliste a escapar en moto, y 10 años por el atraco. En tanto, contra Villarroel se solicitó una pena de 18 años.
Lecciones y culpa
El haberse enfrentado a balazos con los ex lautaristas dejó lecciones en el cabo Abarca. "Hoy extremo las medidas de seguridad al fiscalizar a alguna persona y les enseño a los carabineros con menos experiencia a no confiarse durante los procedimientos, a no caer en la rutina, porque ahí está el peligro", asegura.
Pese a que resultó herido en el atraco, lo que le valió varios meses de recuperación, descarta de plano iniciar acciones legales en contra los culpables.
"Los carabineros estamos siempre propensos a que nos pase algo. (Imagine) si todos los carabineros buscáramos una indemnización por las lesiones que sufriéramos. No creo que sea lo correcto", apunta, agregando que no teme a las represalias de los ex lautaristas, sus familiares o amigos.
Al recordar lo ocurrido, asegura que hoy tiene un sentimiento de culpa "por no haber hecho algo más. Un sentimiento de dolor muy grande por la pérdida de un carabinero y amigo. Porque eso éramos".